Un candidato sin atributos

Dentro del disparate del PSOE con sus candidatos para la alcaldía y la comunidad de Madrid emerge ahora Lissavetzky como rival de Gallardón. Es cierto que la esperanza es lo último que se tiene que perder, pero el escaso perfil del actual secretario de Deportes contrasta con el peso y proyección político de su futuro rival. Estamos ante un candidato sin atributos, agradable en el trato pero con un gris que contrasta con la brillantez de Rubalcaba, su gran amigo y máximo protector. Es una elección tan sorprendente como incomprensible. Hay que destacar la ofuscación socialista a la hora de caminar con paso firme a la debacle electoral. Al menos hay que reconocerle una cierta gallardía a la hora de mantenerse firmes en su error. No cuenta ni con proyección política ni una gestión potente que le garantice una mínima opción de victoria. Gallardón puede estar tan contento como tranquilo ante un rival con un perfil tan bajo. El PSOE ha pasado de buscar ministros a elegir a un candidato sin atributos.