España

La vuelta a las andadas

Zapatero con Marruecos ha quedado en absoluta evidencia. Ha hecho el ridículo en España y en el mundo 

La Razón
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¡Qué poco tiempo ha durado el periodo de gracia para el nuevo Gobierno socialista! La barbaridad que está ejecutando Marruecos, de forma inflexible, en el Sáhara ha vuelto a dejar por los suelos la política exterior de Rodríguez Zapatero. Hay que reconocer –aunque pueda parecer tarde– que la época de Miguel Ángel Moratinos al frente de Exteriores no fue especialmente fructífera; pero es verdad que ahora nos damos cuenta de que al final él no era el único problema. El verdadero problema es el nulo peso de España en los foros internacionales. Se fue Moratinos, llegó Jiménez y las cosas han seguido igual. No es cuestión de nombres. Es un problema de mucho mayor calado.

Da igual quién sea el ministro de Asuntos Exteriores. Al final el jefe de la diplomacia no es más que el ejecutor, el simple exponente de las políticas directas de Zapatero y de su Gabinete internacional de La Moncloa. Los bandazos, los cambios de actitud, la indefinición permanente, los aliados marginales, la ausencia de voz de las instituciones internacionales y la evidente falta de peso exterior nos han situado en el constante disparadero. Todo esto que podría parecer una crítica ácida, sin fundamento y perecedera, se ha convertido en la cruda realidad contante y sonante.

Es una vergüenza lo ocurrido estas últimas semanas en el Sáhara por parte del Gobierno de Marruecos, con un bárbaro cerrojazo informativo, un atentado contra los derechos humanos sin que se sepa a ciencia cierta todavía lo que ha ocurrido. No se conocen cuántas personas han muerto, cuántas han sido torturadas y cuántas han desaparecido. Todo, un auténtico esperpento con etiqueta de genocidio y que no tiene un pase. Y que desde luego no permite ningún margen al Gobierno español. No es de recibo que todavía no se haya condenado lo ocurrido en el Sáhara, que no se haya criticado la acción destructiva del ejercito marroquí y que no se hayan puesto los medios para evitar el citado cerrojazo informativo y el maltrato a los periodistas españoles que han intentado contar lo que pasaba; con la excusa, por parte de Rabat, de que la prensa española deformaba y mentía sobre la realidad.

Zapatero con Marruecos ha quedado en absoluta evidencia. Ha hecho el ridículo en España y en el mundo. Por la falta de claridad, de valentía, de contundencia y de robustez. El tiempo que parecía que había ganado con las nuevas caras en el Ejecutivo, lo ha echado a perder en muy pocas semanas. Marruecos ha convertido al Gobierno Zapatero en un Gobierno quemado y calcinado. Sin personalidad.

Marruecos ha conseguido en muy pocos días, lo que nadie pensaba, cuando el mes pasado el flamante Gobierno tomaba posesión, en el penúltimo requiebro de Zapatero. El Sáhara nos ha dejado un Ejecutivo timorato, con evidente pavor a lo que pueda hacer Rabat y con una incapacidad manifiesta para defender los intereses de España en el mundo.