Tristane y las otras

Una periodista francesa podría llevarle a los tribunales Tristane Banon tenía apenas 22 años y debutaba en el periodismo cuando entrevistó a Dominique Strauss-Kahn. Era el padre de su mejor amiga y preparaba un libro sobre «los más grandes errores» de los personajes públicos. De aquella cita en un gran apartamento parisino, la joven escritora salió conmocionada, con el sujetador roto y la cremallera de su pantalón forzada, según declaró en una televisión en 2007. Este fin de semana ha revelado que DSK era el político cuyo nombre hasta ahora había silenciado por consejo de su madre. Consejera departamental de Eure, al noroeste de Francia, la madre de la periodista, Anne Mansouret, es candidata a las primarias del Partido Socialista. «Strauss-Kahn está enfermo. Tiene una adición al sexo, como otros tiene problemas con el alcohol, la droga o el juego», aseguró Mansouret al diario «Le Figaro».

Pero Tristane, de 31 años, ya no tiene miedo y, según su abogado, se plantea seriamente denunciar y sentar en el banquillo de un tribunal francés al socialista galo, que se enfrenta en Estados Unidos a una pena de 70 años de prisión por hechos similares. «Primero quiso que le tomara la mano para responder, luego el brazo... Acabamos peleando, nos peleamos en el suelo, le di patadas, me desabrochó el sujetador, trató de quitarme el pantalón vaquero», narró la joven en la televisión.

Tristane es una más de una lista de mujeres que jalonan la vida de DSK. El director gerente del FMI se vio obligado a pedir disculpas en 2008 por mantener una relación extramatrimonial con una sobordinada, una economista húngara que se vio obligada a dejar su puesto en el departamento para África del organismo financiero internacional.

Un diputado llama a DSK «delincuente sexual»
Es el único que se ha atrevido a romper con la moderación verbal en la clase política francesa. Tras declarar en una radio que Strauss-Kahn «es un hombre poco recomendable», el diputado conservador Bernard Debré prosiguió la carga en su blog. Asegura que era «conocida por todos» la «desenfrenada» vida sexual del director gerente del FMI, que según el parlamentario, participaba en orgías con asistentes. «Francia ha sido demasiado tolerante», denuncia, y califica a DSK de «falso valor», «obseso sexual» y «estafador intelectual».