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Diademas flojas

La Razón
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Demasiadas damiselas con síndrome de diadema floja (inmadurez), sin querer ver la realidad. Pocas reinas llevando las riendas emocionales de su vida. Seguimos sin igualdad. Tenemos feminismo de pacotilla. La maldición de Eva nos persigue: Dios sacó una mujer de la costilla de Adán, ¡menuda memez! Muchas siguen comportándose como si fuese cierto: para lograr un puesto en el Olimpo de los dioses se vinculan al hombre. Y las hembristas (mujeres machistas) contratan por méritos vulgares (ser churri de famoso, manejable, políticamente correcta, etc.), que no profesionales por… ¿celos, miedo, envidia? ¿Solidaridad femenina? Sólo entre «reinas». La mujer debe ser «lideresa» de su destino, tener proyecto vital propio. No más diademas flojas que marean neuronas confundiendo liberación con «despipote sexual».
Mejor amarse, respetarse, tener ideas propias, autoestima, dignidad, identidad sana. Ninguna debería sentirse inferior por carecer de pareja, niños, juventud, belleza, delgadez… Nadie es superior por eso. Delgadas, gordas, bellas, inteligentes, valientes… El amor a una misma es la mejor medicina para el alma femenina. Mejor lograr metas por méritos propios sin atajos, sin concesiones, sin humillarse ni rebajarse.
Igualdad verdadera, liberación auténtica pasan por no traicionar la integridad por nada ni por nadie. ¡Cero malos tratos al alma! Se acabó victimizarse, disimular singularidad, callarse opiniones, esconder inteligencia, ser comparsa de «poderosos» para lograr metas, fingir, tragar «sapos»… Mujer, ponte la corona y no te la quites ni para dormir. Eres lo mejor que te ha pasado. Hombres, tomen nota.