España

Frau Merkel y el mercado laboral por Agustín Ulied

La Razón
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En la línea a la que nos tiene acostumbrados la canciller alemana, Angela Merkel, en una entrevista concedida a varios periódicos europeos, considera que España debe hacer cambios en la legislación laboral para combatir el desempleo que afecta especialmente a los jóvenes. Se trata de esa línea que viene marcada por el deseo de imponer un marco riguroso por el que se llegue a la «germanización de Europa», y por el que es capaz de jugar con estereotipos como los que ya expresó hace unos meses en relación a las horas de trabajo y días de vacaciones que disfrutamos los trabajadores españoles.

 No le falta razón a la canciller alemana al exigir que algo debe hacerse para reducir el actual nivel de desempleo en el mercado de trabajo español, que es especialmente hiriente entre los jóvenes. En el «Informe Económico» recientemente publicado por el departamento de economía de ESADE, se atribuye a la debilidad de la actividad económica la actual persistencia de una tasa de paro elevada y se advierte que, debido a esta coyuntura, no es posible comprobar los efectos de la reforma del mercado laboral aprobada en 2010.

El informe de ESADE también señala que muy probablemente esta reforma se haya quedado corta y debería ir más allá y terminar con la dualidad en el mercado del trabajo, eliminando la dicotomía entre contratos fijos y temporales y creando un contrato único con una indemnización por despido creciente en el tiempo.

La cuestión es saber si el problema puede resolverse tan sólo con reformas estructurales que son, tal como expresa la Sra. Merkel, «maneras de soltar frenos al crecimiento que apenas necesitan de recursos económicos», o es también necesario como claman gran parte de los expertos en economía (no alemanes), redirigir la política económica con medidas de dinamización que coexistan con las medidas de rigor en el cumplimiento de los déficits presupuestarios (que también podrían ser objeto de una cierta flexibilización temporal). Ambas cosas parecen necesarias… ¡y urgentes!

 

Agustín Ulied
Profesor de Economía de Esade