Rabat

Juan José Imbroda: «Zapatero sólo dará la cara si Rubalcaba tiene éxito en Rabat»

«Con los vecinos estamos obligados a ser amigos, pero no a hacer el primo»

El presidente de Melilla, Juan José Imbroda ayer en la Ciudad Autónoma
El presidente de Melilla, Juan José Imbroda ayer en la Ciudad Autónomalarazon

MELILLA- El presidente de Melilla aguarda los resultados de la visita a Rabat del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, prevista para el lunes próximo. Rebajada la tensión en Beni-Enzar, Imbroda sostiene que los grupos de «alborotadores» que han sembrado de amenazas las relaciones fronterizas entre España y Marruecos están alentados y tolerados por el Gobierno vecino. «No puede volver a ocurrir más», dice.

–¿Qué sabe de los cabecillas de esta semana de tensión, los responsables de la Asociación Gran Riff y de la Sociedad Civil del Norte de Marruecos?
–Son asociaciones artificialmente creadas por los marroquíes que están ahí en la frontera, intentando medrar e incordiar. No tienen entidad nacional. Sabemos que uno de ellos tiene antecedentes policiales en España; el otro es un pícaro. Está claro que lo han hecho porque se lo han permitido las autoridades marroquíes. Y el Ejecutivo español ha contribuido por su inacción, es decir, se ha limitado a hacer el Don Tancredo.

–La visita de Aznar de esta semana, ¿en qué lugar deja al presidente del Gobierno?
–Él tomó una decisión importante viniendo a apoyar a Melilla. Zapatero ya tenía que haber venido, igual que el ministro del Interior. Es mucho más elocuente la ausencia de las actuales autoridades con la llegada de Aznar, con el que hablé hace dos meses y le ofrecí la posibilidad de hacernos una visita. Él nos ha visitado en nueve o diez ocasiones y Felipe González, en ninguna durante los más de trece años que fue presidente. González no vino ni de diputado, ni a Ceuta ni a Melilla. Tibieza, dejadez, sobre esta parte de España. Zapatero sólo saldrá y sacará pecho si la gestión de Rubalcaba es satisfactoria.

–Marruecos es uno de los principales países beneficiarios de los fondos de cooperación y ayuda que reparte España. ¿Debemos hacer algún ofrecimiento de buena voluntad para conseguir apaciguar la zona?
 –El Gobierno no debe ofrecerle nada. Es más, debe exigirle que respete una frontera europea, bajo el tratado Schengen. Hay que reclamar a las autoridades vecinas que el tráfico de mercancías y el desplazamiento de personas no esté condicionado por otros intereses oscuros o desconocidos. España tiene que sostener y alimientar una relación de amistad con Marruecos, pero también viceversa. Podemos ser amigos pero no hacer el primo.

 –El Ejecutivo ha liberado un millón de euros para que Marruecos trabaje en la igualdad y el reconocimiento de la mujer.
–Hay todo tipo de ayudas: créditos blandos, fomento empresarial, etc. Habría que decirles: «Estamos haciendo tantas cosas por ustedes», pero luego Zapatero se alinea con las posturas de Francia y Estados Unidos.

–¿Por qué el Gobierno español no explica la dependencia comercial de miles de marroquíes del paso fronterizo con Melilla?
–Esto se ignora. Muchos miles de personas viven de este comercio. Ojo, también nos beneficiamos nosotros, los melillenses. Pero hay otros miles de trabajadores marroquíes que vienen por la mañana y se van por la noche. Y están dados de alta en la Seguridad Social. Hay que hacer un estudio serio, preciso, para explicar cuántos. Puede haber 20 o 25 mil personas. Además, la inmigración marroquí en Melilla supone en torno a un 8 por ciento de la población total. La penetración económica es fortísima para que dos desalmados «incendien» la frontera. Que suceda esto sólo es posible porque Marruecos no es una democracia. Si estos incidentes pasan en una democracia consolidada, al uso, duran un telediario porque se les habrían echado encima todas las miles de personas que viven del comercio.

–En este sentido, ha llamado la atención la mediación del comerciante melillense musulmán, Yusuf Kaddur, responsable de la asociación de comerciantes El Rastro, que mantiene relaciones con Gran Riff y la Sociedad Civil del Norte de Marruecos.
–Es responsable de una sociedad legalmente constituida. Es de agradecer su voluntarismo. De todos modos, la decisión final de frenar este disparate habrá estado en instancias muy superiores.

–¿Cree que entre los favores presuntamente debidos a Marruecos está el control del terrorismo islamista?
–Hace tiempo que se trata de una lucha universal. Francia, Inglaterra, EE UU. Todos estamos implicados. En esta zona históricamente no ha habido brotes radicales. Sin embargo, vienen modas de oriente, de Arabia Saudí, el wahabismo, con promesas y «lavado de cerebros». En este campo, España tiene que ayudar a Marruecos y punto. Pero los pequeños focos están detectados y bajo control.

–Zapatero nombró al diplomático Máximo Cajal asesor personal y lo vinculó a la Alianza de Civilizaciones. Cajal reclamaba la anexión de Ceuta y Melilla con Marruecos y reciemente ha defendido un Irán nuclear.
–En su tiempo le escribí una carta a Zapatero haciéndole ver el disparate y me contestó diciendo que qué tal están los pepinos en septiembre y otras monsergas. La vinculación de Zapatero con estas «personalidades» lo retrata.

–¿Ha echado en falta la presencia en Beni-Enzar de Bibiana Aído?
–La ministra de Igualdad debería haber interrumpido sus vacaciones, presentarse en la zona e interponer una denuncia contra los que vejan los derechos de las policías españolas.


PERFIL
«El toro de Osborne»
Cansado de que Melilla ocupe espacio en los medios nacionales por conflictos fronterizos provocados por Marruecos, Imbroda utiliza un tono afectivo al hablar de las excelencias de su ciudad, segunda en patrimonio modernista en España. Insiste en el esfuerzo de su Gobierno en políticas sociales y aprovecha la oportunidad para promocionarla turísticamente. «En unos días vamos a celebrar nuestra feria y aquí sí tendremos corridas de toros en la plaza. Además he reclamado que localicen y traigan a uno de los cientos de toros de Osborne que poblaban las carreteras de otros parajes y que han sido retirados. Ya tengo elegido el lugar donde lo ubicaremos».