París

Barcelona aún no sabe dónde estuvo el primer taller de Picasso

Barcelona aún no sabe dónde estuvo el primer taller de Picasso
Barcelona aún no sabe dónde estuvo el primer taller de Picassolarazon

BARCELONA- Suele pasar que todos aquellos lugares relacionados con la vida y la obra de Pablo Picasso han sido dignificados. Sucede en Málaga, París, Horta de Sant Sant Joan, Gósol, varios rincones de la costa azul francesa, e incluso en Madrid donde permaneció muy poco tiempo. Sin embargo, en Barcelona, la ciudad donde vivió una parte importante de su adolescencia y años de formación ni siquiera se sabe a ciencia cierta donde estuvo su estudio, el primero de su biografía y en el que realizó algunas obras que hoy se guardan en el museo que lleva su nombre en la capital catalana.

La calle de la Plata en Barcelona, a escasos metros de la que fuera la vivienda familiar de don José Ruiz y doña María Picasso, padres del artista, es donde los investigadores del pintor sitúan ese taller. Se sabe que en algún momento de 1896, cuando el joven Picasso contaba 14 años y ya apuntaba maneras como artista, se instaló con su amigo Manuel Pallarès en esta calle. Fue el padre del artista quien se hizo con los gastos del alquiler de este primer estudio. El lugar era idílico: casi tocando al puerto y a muy pocos metros del prostíbulo de la la calle Aviñón, que posteriormente Picasso haría mundialmente célebre en el cuadro con el que inauguró el cubismo y la revolución plástica del siglo XX.

Palabras de expertos
Tanto Josep Palau i Fabre como John Richardson coinciden al afirmar que fue en la calle de la Plata donde Picasso pintó su primera obra maestra: la gran tela «Ciencia y caridad». Según apuntan, era un estudio, no muy grande que contaba con una claraboya. Don José Ruiz se acercaba en ocasiones a este lugar, muy próximo a la Llotja, donde era maestro de pintura.

A Picasso le fascinaba este lugar en el que se sentía libre, pese a las inoportunas visitas de su padre. Aquí podía traer a sus amigos, como su incondicional Carles Casagemas. Con Pallarès se subía por los tejados, los mismos que transformó en tema pictórico, e incluso se atrevía a hacer gamberradas, como tirar piedras a los transeuntes.

Hasta aquí lo que se sabe. Pero, ¿en qué numero de la calle de la Plata?
Si uno acude a la guía de la Barcelona picassianan divulgada por el museo del artista, escrita por el desaparecido Josep Maria Carandell, no se acaba de concretar el auténtico emplazamiento, dejando al turista o seguidor del artista con la duda.
«Tradicionalmente y por numerosos recuerdos, se cree que estuvo en el piso más alto de la casa número 5. La casa tiene mucho encanto y parece alojada para alojar el estudio de un pintor. Otros artistas posteriores lo tuvieron y lo tienen en la misma casa, en la fachada se colocó una placa conmemorativa hace unos cuantos años, y en el inmueble vecino se instaló una galería de arte bajo la invocación del taller de Picasso», escribía Carandell en 1981. Hoy la placa no existe porque fue retirada.
Tampoco hay rastro de la galería de arte llamada «Taller Picasso», ubicada en los bajos del número 5 desde los años 70 aprovechando la leyenda del genio malagueño. Sí hay un bar de nombre Picasso que utiliza la imagen y la firma del artista, aunque no se sabe si con el consentimiento de los herederos del pintor. El estado del inmueble es lamentable. Desde hace mucho tiempo está abandonado y su actual propietario ha colocado varias banderas en sus balcones y ventanas para dar la idea de ocupación.Ventanas sin cristales, paredes desconchadas y restos de basura confirman la dejadez de este espacio.

Diferente es la situación del número 4 donde Palau i Fabre, gracias al testimonio de alguno de los amigos de Picasso, como Manuel Pallarès, señala el taller. Carandell lo describe como «un edificio sin encanto, de cámaras muy espaciosas, y construído poco antes de la época en la que Picasso tuvo su primer estudio».

Los vecinos de la calle de la Plata creen que, pese a los recuerdos de los camaradas del pintor, el taller estuvo en el número 5. Así lo dicen, por ejemplo, en La Plata, un bar situado entre los dos edificios que se disputan el taller, recordando la placa ya retirada.

 

Lo pintado y lo perdido
Poco tiempo debió estar Picasso (abajo, en un autorretrato de la época) en este taller, aunque sí pudo a realizar algunas obras aparte de «Ciencia y caridad». Richardson sitúa en este estudio una pintura bélica, hoy perdida, titulada «La carga a la bayoneta» y de la que se han conservado algunos dibujos preparatorios. También parece que salió de aquí «El monaguillo» que hoy se conserva en el Museo de Montserrat, además de muchos de los dibujos guardados en el Museo Picasso de Barcelona.