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Sólo un bache

La Razón
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El Barcelona es un equipo. No está considerado un grupo de individualidades, y sin embargo también depende del acierto de sus estrellas, y especialmente de Messi. Ante el Arsenal, sin Puyol en la defensa, no tuvo el coraje suficiente para imponerse desde atrás. Delante se entretuvo demasiado en buscar la jugada artística. Y encima, cuando le salió, como en el envío de Messi junto a la cepa del poste, lo dibujado no se plasmó en gol.

Lo ocurrido en Londres y en Gijón vino a confirmar lo sucedido en el Camp Nou frente al Hércules. Es decir, ni siquiera el mejor equipo del mundo es invencible. Es probable que ahora comiencen a sembrarse grandes dudas sobre el futuro barcelonista. Sería error empezar a pensar en su caída. Todos los grandes, el Madrid de Di Stéfano, el Benfica de Eusebio, el Santos de Pelé, el San Lorenzo de Sanfilippo y el Bayern de Beckenbauer tuvieron tropiezos y altibajos que no empañaron su trayectoria.

Del Barça actual cabe decir lo mismo de hace un par de temporadas cuando, a pesar de ser campeón, se afirmó, lo dijo Guardiola, que la plantilla era «pelín corta». Es la rémora a que se sometió en la confianza de que le sobraban elementos en la cantera, magnífica, para mantener el tipo en tres competiciones con el deseo de ganarlas.

Posdata. Hay gente en Valencia que recita las alineaciones de los tiempos de Cubells, Eizaguirre, Puchades o Kempes y no logra averiguar cuál es la titular de Unai Emery.