Hollywood

Cien millones de muertos por César VIDAL

La Razón
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Las dictaduras comunistas tuvieron buena prensa en Hollywood durante años. El motivo inicial era la Gran Alianza contra Hitler, pero, con todo y con eso, en ocasiones la complacencia resultó excesiva. Fue el caso de «Misión en Moscú» (1943), donde no sólo se cantaban las loas de los planes quinquenales, sino que, además, se presentaban los procesos de Moscú en los que Stalin liquidó a la vieja guardia leninista como una lucha nobilísima contra espías japoneses y alemanes. Pocas veces resultó tan estúpida la cinematografía occidental, pero no fue la única vez. De hecho, hubo que esperar al estallido de la Guerra Fría para que las dictaduras comunistas fueran contempladas con malos ojos como en la famosa «Cortina rasgada» (19669 de Hitchcock. Con todo, las presiones de los progres lograron que el sistema no fuera cuestionado y que no hubiera referencia al Gulag, ejemplo de las cadenas de campos de concentración existentes donde había triunfado el socialismo real. Así, los intentos de llevar al cine las obras de Solzhenitsyn cosecharon fracasos estrepitosos. Ni siquiera la buena interpretación de Tom Courtenay salvó la versión de «Un día en la vida de Iván Denisovich», y lo mismo podría decirse de «El primer círculo», aunque el protagonista era Robert Powell. En realidad, el velo que cubría los campos de exterminio comunistas no se levantó hasta 1984 con «Los gritos del silencio» donde se describían las delicias del régimen de Pol-Pot, aunque bien es verdad que la película servía para acusar a Nixon de abrir la puerta al comunismo. Para desgracia de los defensores del sistema socialista, el Muro de Berlín cayó, la URSS desapareció y las barreras mentales fueron desplomándose. Al principio, se trató de películas como «Balzac y la costurera china» (2002), ambientadas en el Lejano Oriente. Los campos seguían sin aparecer y se subrayaba que eran episodios perversos en medio de una cosmovisión que no tenía que ser
mala. Hasta 2006, con «La vida de los otros», no tuvo repercusión mundial una película que mostrara un estado policial socialista. La verdad histórica se ha abierto camino en el cine y los estrenos de estos días apuntan en esa dirección. Cien millones de muertos causados por el comunismo en el siglo XX lo merecen y lo exigen.