Bruselas

España vetará cualquier nuevo ajuste que imponga Bruselas

El Ecofin sólo aprueba un nuevo tramo del rescate de Grecia. La eurozona admite su «desastrosa imagen»

La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde conversa con el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde conversa con el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Junckerlarazon

España vuelve a estar en el centro de la tormenta de la eurozona, junto con Italia, compañera en la cuerda floja desde el verano. Los países del euro empezaron ayer la discusión de alta tensión sobre el reforzamiento del fondo de rescate europeo, con la mirada puesta precisamente en proteger a españoles e italianos, a quienes se quiere aislar del problema de Grecia, blindar frente a las embestidas de los mercados y las rebajas de su solvencia. Pero, a cambio, los socios del euro piden más esfuerzo a Madrid y Roma.

Sin embargo, la vicepresidenta Elena Salgado ya avanzó ayer a su llegada a la reunión de los ministros de Finanzas de la moneda común (Eurogrupo), que el Gobierno no presentará «en absoluto» nuevos ajustes. «Nosotros hemos adoptado muchas medidas», dijo tras enumerar algunas como la reforma constitucional. En referencia a Grecia, Salgado consideró «un buen síntoma» la decisión del eurogrupo de autorizar la entrega del sexto tramo del ayudas de 8.000 millones.

En las capitales y en Bruselas se piensa que nuestro país debe hacer un esfuerzo adicional. Primero, porque todas las previsiones apuntan a que no cumplirá con el objetivo del 6% de déficit marcado para este año. Y, segundo, porque los socios del euro ya acordaron que los países que potencialmente vayan a usar el fondo apliquen un programa renovado de ajustes y reformas. La CE ya avisó por boca de su presidente, José Manuel Durao Barroso, que ve a
España como potencial beneficiario del fondo.
Como primer paso para poner punto y final a la crisis del euro, los responsables de Finanzas empezaron ayer por cerrar un aumento de la quita sobre los bonos de Grecia hasta del 50%, como solución final para una tragedia que ha mantenido al euro contra el paredón desde hace año y medio.

Alivio para Grecia
Como cura de urgencia, el Eurogrupo también aprobó ayer el desembolso de los 8.000 millones de euros que Grecia necesita para pagar los salarios y pensiones, y que llegará la primera semana de noviembre antes de que sus arcas se queden secas. Hoy los ministros de Finanzas, ya de toda la UE, se enfangarán en la nueva recapitalización bancaria, requerida tras el impacto que supondrá este impagon de deuda.

Pero la mayor división entre franceses y alemanes se mantiene en torno al refuerzo del fondo de rescate para evitar futuros contagios a los siguientes en la fila (Italia y España), y que discutirán mañana los líderes del euro. «El impacto en el exterior es desastroso, porque no estamos dando un ejemplo sensacional de liderazgo» de los gobiernos, lamentó el primer ministro de Luxemburgo, Jean Claude Juncker, a su llegada al Eurogrupo que preside.

La UE se había prometido llegar con el fuego en la eurozona sofocado antes del encuentro del G20 en Cannes (Francia), los próximos 3 y 4 de noviembre, tras ser señalada por el resto de potencias como culpable de dejar el planeta a las puertas de una nueva recesión. El espinoso, y técnicamente complejo, refuerzo del fondo de rescate busca extender su capacidad sin aumentar los 440.000 millones de euros en garantías que ya aportan los socios del euro.

El fondo como telón
Una primera opción podría ser garantizar hasta un 20% de la deuda emitida por países en riesgo, lo que multiplicaría por cinco su capacidad. Esta «intervención» en las subastas de deuda ya es posible con los acuerdos alcanzados en marzo por los líderes, lo que podría ser digerible por la reticente Berlín.

Sin embargo, este paso no sería suficientemente ambicioso para París, que quiere dar un verdadero salto cualitativo dando al fondo entidad de banco para que pueda recibir créditos ilimitados del BCE, un respaldo inquebrantable que podría poner punto final al ataque del mercado. A este respecto, Juncker dijo a LA RAZÓN que «no creo que sea el camino que se vaya a tomar». El presidente del Eurogrupo admitió que se habían discutido los temas polémicos sin llegar a ningún acuerdo.

«En un mundo ideal, sí que sería bueno que el BCE tuviera un papel más activo», dijo Elena Salgado.


Todas las miradas puestas sobre Italia
Italia siente cada vez más cerca el aliento de la Comisión Europea, que ayer volvió a pedirle que profundice sus medidas para reducir el déficit y relanzar el crecimiento, al considerar la situación urgente. El portavoz para Asuntos Económicos y Monetarios de la CE, Amadeu Altafaj, consideró que Italia necesita reformas estructurales más pujantes, principalmente en el mercado laboral. «Es importante precisar la planificación y los objetivos en materia presupuestaria, así como sostenerlos con medidas ambiciosas», afirmó Altafaj.