«Obama se supo vender muy bien»

–En plena crisis de valores, ¿dónde están los líderes?
–Ahí está Nelson Mandela que ofrece una gran lección de liderazgo para el siglo XXI: tiene autoridad moral, es capaz de unir diferentes identidades, culturas y razas.

–Pero no todo el mundo es Mandela, ¿qué se necesita para ser un buen líder?
–Tener la capacidad de los artistas: el coraje para ver la realidad tal y como es, no engañarse y algo que para mí es muy importante: captar la belleza y saber valorarla. Además tienen que ser capaces de crear una realidad mejor.

–¡Uf! me parece realmente difícil...
–Bueno, no es difícil encontrar personas que sean verdaderamente inspiradoras para otras personas, pero no siempre están en el lugar adecuado.

–Quiere decir que algunas veces se les frena su proyección.
–Sí, quizá por envidia o porque simplemente sus jefes son tan mediocres que no saben ver todo su potencial y aprovecharlo.

–Dígame un líder mundial que sea tratado como tal sin discusión.
–El Dalai Lama es un líder global porque, además de serlo de una religión, también tiene una ascendencia moral. Viaja por todo el mundo para entender, para explicarse las cosas a sí mismo y no sólo desde una dimensión espiritual. Ha sido capaz de proponer preguntas clave para enriquecer el debate.

–Una persona está más preparada para ser líder cuanto mejor mande a sus subordinados.
–No, la capacidad de mandar es un mito muy sobrevalorado. Como la capacidad de tomar una decisión. Si no va acompañada de una reflexión... fíjese lo que le pasó a George W. Bush. Durante sus mandatos tomó muchas decisiones equivocadas.

–¿Y que me dice de Obama?
–Es un líder y además se supo vender muy bien.

–Sí, la verdad es que, como producto, la campaña de marketing fue perfecta.
–Exacto. Llegó muy rápido y con mensajes muy directos a los electores: esperanza, el cambio es posible. Unió a los estadounidenses que son las personas más individualistas del mundo. Eso tuvo mucho mérito.

–¿Sigue conservando esas virtudes?
–Seguramente, pero también ha cometido un grave error. En estos años ha desarrollado políticas de gran calado para los estadounidenses. Sin embargo, no ha sabido comunicarlas con la misma intensidad con la que lo hizo en la campaña electoral. Podríamos decir que Obama, como comunicador, se ha desinflado, algo que, sinceramente, me sorprende.