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El turismo se estanca en el segundo trimestre

La llegada de extranjeros salvará este verano la atonía de la demanda nacional 

La Razón
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El sector turístico español no pasa por su mejor momento, y se mantiene, en su mayor parte, gracias a la demanda extranjera, que ha visto en el litoral de España la mejor alternativa frente a los destinos del norte de África, principalmente Túnez y Egipto. Según las estimaciones de la Alianza para la Excelencia Turística (Exceltur), la actividad turística crecerá en 2011 un 2,2 por ciento, lo que supone triplicar las previsiones generales de la tasa de crecimiento del PIB español fijado por el Banco de España del 0,7%.

Aun así, el crecimiento interanual del turismo del segundo trimestre de 2011 disminuyó respecto al primero, del 2,4% al 1,9%, según el informe publicado ayer por Exceltur. Durante los meses de primavera, la caída de la demanda española afectó a la confianza de los empresarios del sector, que observan «preocupados» cómo las altas cifras de desempleo y la situación de incertidumbre que vive la economía española hacen «mella» en sus negocios, lo que se tradujo en una fuerte caída en los niveles de confianza, que según el Indicador de Clima Empresarial, pasó de un valor de 27 en el primer trimestre al 8,6 en el segundo. La esperanza parece estar en la demanda extranjera. La inseguridad percibida por el turista europeo respecto a los países del mediterráneo oriental y el norte de África, con las revueltas en Túnez y Egipto que vio disminuir sus ingresos un 40% favoreció la demanda internacional hacia España, sobre todo en el litoral y en Canarias y Baleares, con un tipo de turista que prefiere estancias largas en hoteles de alta categoría. Exceltur cree que precisamente va a ser esa demanda «volátil» extranjera la que va a salvar la temporada de verano, dado que el turismo español ha caído y no se espera que tenga un repunte importante y se mantenga dentro de los parámetros del segundo trimestre del año.

Pero pese a esta «ventaja», el sector se enfrenta al incremento de los costes laborales y energéticos, lo que también afecta al ritmo de creación de empleo y a los márgenes de las empresas. El 35,9% de los empresarios anticipa un «moderado» ascenso en sus ventas y el 46,8% reconoce que mejorará resultados.