Literatura

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Jean Echenoz / Escritor: «Llegar a conocer al personaje que has creado es una misión imposible»

Jean Echenoz / Escritor: «Llegar a conocer al personaje que has creado es una misión imposible»
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- ¿Cómo llega usted a Nikola Tesla, el inventor en el que se inspira para crear a Gregor, el protagonista de su novela «Relámpagos», editada por Anagrama?
–Quería hacer algo sobre un científico y consideré a varios para convertirlos en una novela. Pero fue mi traductor estadounidense quien me habló de Tesla. Sabía quien era, pero conocía muy poco sobre su vida. A partir de aquí, empecé a trabajar en la idea de Tesla como tema para un libro. Además de investigar, tenía la idea de que «Relámpagos» fuera una obra más novelada que la anterior, «Correr». Quería permitirme muchas más licencias y que la parte de ficción superara a la real. Esa fue la razón principal por la que cambié el nombre de pila del protagonista. Le hice hacer y decir cosas que solamente estaban en mi imaginación. Aunque todo está basado en Tesla, me desagradaba la idea de poder imaginar cosas conservando su nombre. Buscaba sentirme más libre para crear una ficción.

–Su libro es el retrato de un hombre, pero también es una historia de la introducción de la electricidad, además de las envidias que se crean entre científicos, como le sucede a Edison con Gregor.
–Cuando investigaba, comprobé que existían esas vanidades terribles, por lo que me pareció que este tema de las rivalidades científicas daba mucho de sí para una novela. Por otra parte, también indagué mucho sobre la electricidad, la corriente alternativa, todas esas cosas que siguen siendo un misterio saber cómo se producen.

–¿De quién se considera usted más cercano: de Gregor o Nikola Tesla?
–Yo siempre estoy del lado del personaje que creo porque ya se sabe que es una misión imposible llegar a conocerlo bien. Por eso es mucho más cercano si es imaginado en vez de real. De la realidad, sea de quien sea, nunca sabemos nada.

–En «Relámpagos» hace referencia a la amistad real que tuvo Tesla con escritores como Kipling o Twain. ¿Qué más se puede decir sobre esos encuentros?
 –Llevaba una vida muy mundana, pero por supuesto conocía a escritores, artistas y gente de la farándula. No es nada imaginado porque estuvo relacionado con toda esta gente. Justamente porque tenía esa parte de novela, lo he querido poner en el libro.

–Pese a estas amistades, Gregor es un genio incomprendido en la novela.
–Más que incomprendido, yo hablaría de incomprensible. Estaba en el mundo, pero también fuera de él, porque tenía dos facetas. Por un lado, estaba su vida mundana que le permitía relacionarse con toda esa gente, pero también era un hombre muy solitario, dedicado por completo a investigar. Por eso, él estaba dentro y fuera.

–¿Se ha quedado con las ganas de ampliar su tríptico de novelas biográficas?
–No, para nada. El primer libro, «Ravel, fue una cosa completamente imprevista, porque no estaba en mi mente escribir sobre un personaje real. De allí surgió la idea de seguir esa línea con un par de personajes reales, pero de ámbitos diferentes. Esto se acaba con «Relámpagos». Para este último libro, dudé en usar un sabio o un hombre político, pero al final opté por la ciencia.

–¿Tenía algún político como candidato para la última novela?
–Sí. Pensé en un político indio que muy poca gente conoce. Se trata de un contemporáneo de Gandhi. Fue alguien que luchó contra el colonialismo británico, pero empleando medios muy diferentes de los de Gandhi. Pero me decanté por un científico.

 

En primera persona
Entre la realidad y la ficción
La de Jean Echenoz es una de las más potentes voces de la narrativa francesa contemporánea. Sus once novelas, algunas premiadas con el Médicis o el Goncourt, demuestran su habilidad para crear una interesante producción literaria. Su tríptico formado por «Ravel», «Correr» y «Relámpagos», le ha hecho moverse entre la realidad y la ficción para recrear las vidas de tres personajes dispares del siglo XX: un músico (Maurice Ravel), un atleta (Emil Zápotek) y un científico (Nikola Tesla).