ETA

V / La política antiterrorista: Votos y bombas en las urnas por Antonio Basagoiti

Los proetarras se han colado en las instituciones, por lo que es más necesaria que nunca la derrota de ETA

Si se hubiese continuado por el camino de 2004, ETA hoy podría ser historia
Si se hubiese continuado por el camino de 2004, ETA hoy podría ser historialarazon

La situación de la lucha antiterrorista en la España de 2011 se puede resumir contestando una manida pregunta que hacía Rubalcaba al entorno de ETA, ¿bombas o votos? Las bombas las siguen teniendo, no las han entregado, y los votos también los tienen, gracias a la legalización de Bildu. Aun así, y a pesar de paréntesis, intereses espurios y errores, se puede decir que estamos mejor que hace cinco, diez o quince años, y que se ha demostrado que con ETA se puede acabar, que se le puede derrotar.

La eficacia policial, la cooperación internacional, la actuación política cuando se ha querido, y el rechazo de la sociedad ha colocado a la banda terrorista contra las cuerdas. Es cierto que hoy los comandos tienen más dificultades para atentar, y también es cierto que si siempre se hubiera ejercido la misma presión sobre los pistoleros y quienes les respaldan, la posibilidad de asesinar sería aún menor o incluso la banda hubiese desaparecido.

La política de Zapatero-Rubalcaba en estos últimos cuatro años ha sido la del palo y la zanahoria. Con una hortaliza muy aderezada por un PNV que ha apoyado en todo durante esta legislatura al presidente del Gobierno saliente. De hecho, Urkullu llegó a afirmar públicamente tras la sentencia del Constitucional que «había hecho gestiones inconfesables» con Rodríguez Zapatero para que la decisión del alto tribunal fuera la que fue.

Y todos los de la cúpula gubernamental se creen muy listos por haber realizado ese tipo de política con ETA. Pero no lo son tanto, porque la zanahoria puede haber servido para resucitar a un animal en vez de para incentivarle al reconocimiento del daño causado y el respeto de la Constitución. Cuando el gabinete de Zapatero llegó a Moncloa, ETA estaba terminal; hoy los comandos están débiles, pero sus apoyos políticos están fuertes. Creo que si se hubiese continuado por el camino de 2004, ETA hoy podría haber sido historia.

Las decisiones, procesos, indigencias intelectuales, equilibrios parlamentarios e intereses han dejado una banda terrorista con unos pistoleros en dificultades pero con sus apoyos ideológicos engordados. Ello hace que cobre más importancia que nunca la denuncia del proyecto que sustenta a ETA de romper España, de expulsar a los vascos y de obligar a vivir bajo su proyecto totalitario. Ahora, la derrota del terrorismo, el único final posible, requiere de mayores convicciones democráticas y mejor pedagogía política.

Llegar a la meta de la paz con libertad necesita más que nunca que ETA no consiga nada de lo que ha pretendido asesinando a más de 900 personas. Requiere que no se mueva una coma de la Constitución o el Estatuto de Gernika, requiere que reconozcan el daño causado y, sobre todo, necesita de un partido de gobierno y uno de oposición que tengan muy claros estos conceptos para que la ciudadanía no se deje seducir por atajos que, además de indecentes, siempre fracasan. Se puede, se debe y se va a llegar a la meta; conseguiremos que desaparezcan las bombas y aparezcan papeletas en las que sólo se defiendan planteamientos legítimos y democráticos. Que nadie tenga ninguna duda.


Antonio Basagoiti
Pte. del PP vasco