Bruselas

Rajoy prevé reunirse con Merkel y Sarkozy en diciembre

Liderará una ofensiva en la UE para lavar la cara de España y trasladar un mensaje de confianza. También se reunirá con el jefe de la oposición y los demás líderes políticos

Mariano rajoy conversa con un quiosquero ayer en Santander
Mariano rajoy conversa con un quiosquero ayer en Santanderlarazon

FICHA
LUGAR: 15 de noviembre, Vigo. Instituto Ferial de Vigo (IFEVI).
ASISTENCIA: 6.000 personas aproximadamente.
PARTICIPANTES: Ana Pastor (número 1 al Congreso), Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta de Galicia y Mariano Rajoy, candidato del PP a La Moncloa.

SANTANDER/VIGO-Mariano Rajoy sabe que si las urnas le conceden la victoria el próximo domingo tendrá muy poco tiempo para concretar el ajuste del gasto público y el mensaje de confianza que ha trasladado a Bruselas para conseguir una tregua –ayer la Comisión Europea echó un capote a España– bajo la promesa de que de las urnas saldrá un Gobierno fuerte que cumplirá sus compromisos con sus socios, entre ellos el de la reducción del déficit. Las perspectivas de crecimiento nulo y las cifras de paro no ayudarán a que esas medidas sean suficientes para invertir las reacciones a corto plazo, explica uno de los miembros del equipo económico del candidato popular. En cualquier caso, el discurso de investidura y las primeras iniciativas de quien sea el nuevo presidente del Gobierno serán «claves» para intentar poner un dique a los episodios de especulación y a las presiones de los inversores que han elevado el coste de nuestra financiación a su precio más alto de los últimos quince años, según fuentes de su entorno. Bruselas ya ha urgido muestras de compromiso con la reducción de los desequilibrios públicos y con la consolidación fiscal, y ésa será su primera tarea tras el 20-N.

Si gana, Rajoy tiene la intención de complementar su plan de acción en clave doméstica con una ofensiva diplomática en el exterior, en la que se implicará él personalmente, y en la que involucrará también a todos su ministros. ¿El objetivo? Hacerle un lavado de cara a la imagen de España en Bruselas entre los principales socios y también entre los inversores internacionales, según fuentes de la dirección nacional del PP.

Según han confirmado fuentes solventes a LA RAZÓN, en el caso de que las urnas le entreguen la victoria tiene entre sus planes asistir a principios de diciembre, cuando todavía no habría sido ni investido presidente del Gobierno, al congreso que el Partido Popular Europeo celebrará en Marsella con todos los líderes europeos que forman parte de él. Rajoy irá porque quiere aprovechar para mantener reuniones bilaterales con los que mandan en la UE, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y con otros mandatarios como el nuevo presidente del Gobierno italiano designado, Mario Monti, o el primer ministro polaco, Donald Tusk, a quien ni la crisis económica ni los ataques de la oposición le han impedido ser de nuevo el candidato más votado en las elecciones de octubre. Por cierto, el PP también ha querido estar presente una vez más en el congreso de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Leizpig, y el responsable de la oficina internacional del partido, Jorge Moragas, ha enviado a los eurodiputados Jaime Mayor Oreja e Íñigo Méndez de Vigo.

Rajoy pretende complementar su ofensiva exterior con una ronda de conversaciones con todos los líderes políticos, empezando por el jefe de la oposición, y que podría celebrar incluso antes de ser investido presidente. Además, hablará con empresarios y sindicatos. En Génova son muy prudentes a la hora de cuantificar el alcance de los efectos inmediatos de un cambio de Gobierno. Hay un problema básicamente de confianza, como repite Rajoy en cada uno de sus mítines, pero sus colaboradores advierten de que las encuestas ya dan tan por hecho el «cambio» que los mercados también lo han anticipado y que, por tanto, en un primer momento no habrá reacciones significativas a lo que se presume que ocurrirá el 20-N. Y si esto se une a la situación límite que vive Europa en relación a su deuda y su capacidad para dar una solución, todavía es más difícil anticipar el tiempo necesario para reconducir la presión sobre nuestra economía.

Rajoy visitó ayer Santander, Orense y Vigo con su discurso del «cambio» por bandera. En su mensaje también sobrevoló la carrera al alza sin precedentes de la prima de riesgo para sentenciar que del 20-N, y de que se genere confianza con un Gobierno «fuerte», depende reconducir el precio de nuestra financiación. El problema es que «hay desconfianza dentro y fuera» y el reto para el futuro es «romper con eso» con un cambio en las políticas, en los equipos, en las actitudes y en los comportamientos a la hora de gobernar.

«España es un país serio, fiable y que cumple sus compromisos, y la circunstancia de que durante unos años haya habido un Gobierno que no está a la altura no significa que no seamos lo que somos, una gran Nación, que queremos opinar y no que nos manden», sostuvo.

Por segunda vez en esta campaña, el líder del PP volvió a explicitar su confianza en la victoria electoral dentro de su perenne reclamo de un apoyo mayoritario de los españoles a un proyecto económico que servirá para «mejorar la Educación, la Sanidad y garantizar las pensiones», y para dar un mensaje de fiabilidad. «Creo que vamos a ganar las elecciones porque hay muchos españoles cansados, que no están para milongas ni para cuentos», concluyó.