Sevilla
Cerezo vetó a Schuster
Amenazó a Miguel Ángel Gil con no aportar más dinero al Atlético si fichaba al alemán
Madrid- Bernd Schuster era el hombre elegido por Miguel Ángel Gil para ocupar el banquillo que abandonará Quique al final de temporada. Son amigos desde que el alemán manejaba el centro del campo del equipo rojiblanco. Les unió su desinterés por el fútbol. A Schuster le interesaba sólo durante el tiempo que le ocupaba como profesional. Para el consejero delegado del Atlético era una obligación sobrevenida por herencia. Encontraron en los caballos una pasión común y Miguel Ángel se acordó de él para entregarle el equipo del próximo año.
Pero Enrique Cerezo lo detuvo. El presidente, cansado de que su opinión cuente menos que su dinero, amenazó a Miguel Ángel Gil con no poner «un duro más» si Schuster entrenaba al equipo el próximo año. Cerezo no está dispuesto a aportar más dinero a cambio de enterarse de las decisiones del club cuando ya no tienen remedio. Le dolió mucho la marcha de Simão al Besiktas en el mercado invernal. Con el portugués tenía una relación más allá de lo profesional y lamentó tener que enterarse «por la prensa» cuando el traspaso ya estaba acordado con el jugador y con el club turco. Es sólo uno más de los desencuentros que han tenido Gil y Cerezo desde que tuvieron que hacerse cargo del club.
El Atlético no tiene un plan, vive de la improvisación. Y ahora lo único que sabe con certeza es que Quique no continuará cuando termine la temporada. Busca un técnico. El preferido es Caparrós, una antigua aspiración rojiblanca. Termina contrato en el Athletic, que al final de curso tendrá elecciones a la presidencia y lo más seguro es que no continúe en Bilbao. En el Atlético no preocupan ni su pasado madridista –jugó en el filial cuando se llamaba Plus Ultra– ni aquellas declaraciones que indignaron tanto a la afición cuando entrenaba al Sevilla y los dos equipos luchaban por regresar a Primera. «El Atlético subirá por decreto», dijo. El Atlético no subió y Caparrós pidió perdón. Del técnico del Athletic gustan su carácter competitivo y su buen trabajo con los jóvenes en todos los equipos a los que ha dirigido.
El Atlético no ha dejado de mirar a otros técnicos como Valverde o Manzano. Cerezo siempre ha admitido que fue un error despedirlo después de que hubiera dirigido sólo un año al equipo y se quedara a sólo un gol de jugar la UEFA.
Pero en el Atlético nada es seguro. Es un club en constante mutación y el entrenador elegido hoy puede ser despreciado mañana. Y al revés. Hasta el mes de julio tiene tiempo de encontrar a alguien que dirija al equipo. No será Quique. Schuster, tampoco.
En busca de director deportivo
Uno de los motivos de que el Atlético no tenga un entrenador elegido para la próxima temporada es que tampoco tiene director deportivo. García Pitarch no continuará la próxima temporada. Tampoco Amorrortu, el encargado de la cantera. La última intención es contar con ex jugadores significados para esas parcelas. Pero en el Atlético todo es susceptible de cambiar.
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