Miami
80000 euros por las imágenes de Doña Letizia en la frutería por Jesús Mariñas
Compañeros y amigos me cuentan cómo se hicieron las inesperadas fotografías de la Princesa de Asturias comprando en ese jardín del paraíso que es el puesto del frutero Vázquez en pleno Barrio de Salamanca. Mientras que los reporteros que peinan la zona de manera habitual no se percataron de su presencia ni de que había comprado en Zara Home, cercano a El Corte Inglés, tres ojos avizor vieron cómo ella cruzaba la calle y entraba en la frutería que, al estilo inglés tradicional, podría exhibir merecidamente lo de «proveedores de la Casa Real», como en la capital inglesa hacen Harrods, Garrad y Fortnum&Mason, donde siempre adquiero el jugoso «Christmas pudding». En Vázquez parece que abrillanten las manzanas y las peras con Johnson y las cerezas, ahora importadas de Chile, son comparables a las del Valle del Jerte, de las que siempre me abastece Agustín Tralasos, buen entendido de la zona extremeña.
Doña Letizia cruzó a mediodía la calle con sus escoltas, situados en sitios estratégicos para no agobiarla ni advertir de su presencia. Fueron tres agencias las que consiguieron tan magnífico material fotográfico, incluso con las personas de seguridad rezongando casi amenazas impensables en Casa Real. «No sabéis la que se os viene encima», decían mientras que la Princesa parecía ajena en los primeros momentos. Luego, ella vio una cámara en la acera de enfrente y comprendió que la habían pillado, pero no se inmutó y siguió curioseando entre los cestos expuestos casi con mención honorífica de calidad y gusto supremo.
Intuyo cierta coquetería cuando repaso la portada de «¡Hola!», que pospuso los honores que mereció la visita a España de Sarkozy para recibir el Toisón de Oro y a quien, en pleno saludo a Don Juan Carlos, le sonó el portátil en medio de la ceremonia. El imprevisto incidente lo atajó nuestro Rey con un «a mí me pasa siempre, no hay que preocuparse», comentario que el galo encajó con una sonrisa.
Por las fotos de Doña Letizia se pagaron sesenta mil euros más otros doce de alguien que se unió al «pool» porque hizo un trabajo complementario y otros ocho por el mismo motivo, según me cuentan en un almuerzo fraternal ya habitual del restaurante José Luis, donde su chef, César, impacta con un color moreno recién adquirido después de dos semanas en Miami, donde su padre encuentra la «dolce far niente». Lo tiene tan bien ganado como los compañeros que consiguieron las instantáneas de la Princesa ese pastón que les han pagado, nada que ver con lo molesto que resulta ser reprimidos por cumplir con un buen trabajo informativo y sacar a Doña Letizia en un impactante reportaje.
✕
Accede a tu cuenta para comentar