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Messina: «Había un nivel de división peligroso»

Ettore Messina basa su salida en la falta de unión «dentro y fuera de la pista»

Messina dice que se va por la falta de unión
Messina dice que se va por la falta de uniónlarazon

Uno, Ettore Messina, se despidió entre aliviado y defraudado por la mañana. Otro, Emmanuele Molin, se confesaba «así, así, con nervios», antes de su debut por la tarde como primer entrenador del Madrid. El tercer hombre, Pepu, aseguraba en el banquillo del DKV Joventut que su única preocupación «ahora mismo y en exclusiva es mi equipo, el Joventut». El resto, la mayor parte de los madridistas que acudieron a la Caja Mágica, recibieron a los jugadores durante su presentación con una significativa pitada, la misma con la que les despidieron a pesar de la clara victoria ante la Penya. «Recuperemos la mirada del tigre», se leía en una pancarta. Una buena parte de la grada –los «Berserkers», el grupo de seguidores que hace ruido en la Caja Mágica– desertó en el primer cuarto como medida de protesta contra la plantilla. Otros corearon un significativo «No te queremos, Pepu no te queremos», en referencia al técnico favorito de los responsables de la sección para liderar el nuevo proyecto... Y el Real Madrid ganó (78-60) en un partido donde lo de menos fue lo que sucedió en la cancha.

Ettore Messina ratificó en el Santiago Bernabéu que la división entre él y la plantilla era absoluta. Lo hizo acompañado por la plana mayor de la sección y por Jorge Valdano. Las caras eran un reflejo del caos en el que se ha visto sumido el club en las últimas 48 horas. El italiano, a su manera, no se perdió en rodeos. «Lo que he decidido hacer lo hice por una razón muy sencilla: intentar ayudar a conseguir una unión dentro y fuera de la pista que es absolutamente necesaria para lograr éxitos. El nivel de división había llegado, no dentro, sino sobre todo, fuera, a un nivel bastante peligroso para el equipo», se justificó Messina.

«He dejado año y medio de contrato. Algo he sacrificado porque podía seguir y esperar a que me echaran, pero así me voy tranquilo. Si hago esto ahora es porque quiero ayudar a unir y no a dividir», aseguró bajo la atenta mirada de Jorge Valdano, Juan Carlos Sánchez y Alberto Herreros.

Los nervios con los que arrancó el equipo (2-11, min 4) y que se palpaban en una desangelada Caja Mágica, desaparecieron a medida que avanzó el partido. Nolin, salvo «presumir» de pin madridista en la solapa, no ofreció nada nuevo. Con toda su vida unida a Messina no era cuestión de reinventar el juego en 24 horas. «Veo el baloncesto como Ettore», aseguró luego. El partido terminó con el saludo entre técnicos. Pero no fue el habitual. Pepu «regaló» unos consejos al oído de Nolin y luego ambos se fueron tan amigos a los vestuarios. Mientras, Llull, cabizbajo, pedía perdón a la afición. La plantilla ahora ya sólo quiere jugar.