Triunfo balsámico

Jugó con comodidad, marcó cuando quiso y encontró de nuevo el gol en la figura de Cristiano Ronaldo, después de cuatro partidos en blanco. Su «papi» Mourinho estará contento. Por él y por lo bien que lo hizo su equipo, que presentó a Adebayor y Kaká –los otros goleadores– en el once inicial para que Di María y ¿Benzema? tuvieran descanso. Hubo oportunidad también para Garay y el partido fue la confirmación de la diferencia abismal que hay entre uno y otro equipo.

A los ocho minutos, con el gol de Kaká, se acabaron los miedos, se guardaron las ansiedades en el armario y se pensó que no se puede fallar porque los siete puntos que separan a los madridistas del Barcelona son muchos. Se trata, como dice Mourinho –que se ha guardado la lata de gasolina y ya no provoca conflictos –de ir partido a partido sin pensar en nada más. El técnico, además, se permite hacer rotaciones, buscar otras alternativas al juego para afrontar un mes en donde vuelve la Liga de Campeones, con el Lyon al acecho. Complicado será dar caza a un Barcelona que bate récords con una facilidad pasmosa y que tiene en Messi al rey de reyes del campeonato, pese a que Cristiano no le va a la zaga.