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Dos normas innecesarias por Carmen Quintanilla

La Razón
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La Constitución reconoce la igualdad de todos los españoles ante la Ley sin que prevalezca discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra circunstancia personal o social. De esta premisa se deduce que no es necesaria ninguna ley que regule la igualdad y no discriminación, como tampoco lo es hacerlo con una ley de muerte digna. La gente tiene su derecho a morir en paz. Desde un punto de vista laico, la muerte llega cuando la vida se agota, cuando el cuerpo no da más de sí. Para los religiosos, está en manos de Dios y se termina cuando a cada uno le llega su momento. Son dos leyes que no interesan a los ciudadanos. Sí es necesaria la regulación de aspectos como la convivencia o leyes que nos permitan tener una vida mejor como pueden ser, por ejemplo, la mejora de las condiciones sanitarias o la reciente ley de estabilidad presupuestaria. Debemos centrar nuestros esfuerzos en recuperar la fuerza de la economía española y devolver la estabilidad a los cinco millones de desempleados y no proponer leyes que no demandan ni interesan a los ciudadanos.
 

 

Carmen Quintanilla
Diputada del PP por Ciudad Real