Murcia
Las víctimas del terrorismo nunca permitirán la impunidad de ETA
Morales y Urteaga señalan que el comunicado no supone un avance hacia el fin de la banda
Murcia- El comunicado de ETA hecho público el jueves en el que anunciaba el «cese definitivo» de la actividad armada se ha encajado con escepticismo dentro de las dos organizaciones de víctimas existentes en la Región de Murcia. Chema Morales, presidente de Amuvite y Alejandro Urteaga, delegado en la Comunidad de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), coinciden en señalar que la maniobra de la banda asesina no cambia el panorama de forma sustancial, ya que durante la lectura del comunicado se demostró que los objetivos de los terroristas siguen siendo los mismos sin que se haya observado ningún tipo de variación ni arrepentimiento digno de mencionar.
Urteaga señala que la reivindicación por parte de las víctimas es la misma de siempre, «contra la impunidad, justicia». Para él, se hace necesario ahora más que nunca asistir a la manifestación convocada para el próximo sábado en Madrid por la asociación Voces Contra el Terrorismo encabezada por Francisco José Alcaraz. Para el delegado en Murcia de AVT, el acto mencionado es la mejor manera de mostrar de forma pública y civilizada que no se creen la «bondad» que ahora muestra la banda terrorista.
Por su parte, Morales define la lectura del comunicado etarra como una «puesta en escena» que no es nada más allá que una continuación de la «pantomima» que fue la Conferencia de Paz celebrada en San Sebastián. Apunta que la escenografía dispuesta por los etarras con la cara tapada y la despedida clamando por la independencia de Euskalherría demuestran que «estamos igual que antes y esto no supone ningún paso hacia delante».
Considera que los asesinos continúan solicitando lo de «siempre», esto es, reuniones y diálogo con los gobiernos de España y Francia para conformar el esquema geográfico que siempre han tenido en el punto de mira. Además, muestra su indignación por la calificación que hicieron los lectores del comunicado de la situación existente como un «conflicto armado». Para Morales nunca ha existido tal conflicto porque «lo que ha pasado aquí es que una parte ha puesto las balas y la otra la sangre». En su opinión, el episodio del jueves significó un paso más en la hoja de ruta que diseñó ETA tras el anuncio de su última tregua, por lo que reafirma que el panorama persiste igual.
Para cambiar la tendencia, desde Amuvite solicitan a las dos fuerzas políticas mayoritarias, PSOE y Partido Popular, que se pronuncien con «contundencia» en contra de la banda y que no se dejen embaucar por los cantos de sirena que emiten los asesinos. Asimismo, Morales advierte que las víctimas de ETA no se van a dejar amedrentar ni diluir como ha sucedido con las víctimas de otros grupos terroristas como el IRA, las Brigadas Rojas y el Frente Polisario.
Por su parte, el vicerrector de la UCAM y analista político, Pablo Salvador Blesa, entiende que la situación solo se puede finiquitar con «vencededores y vencidos» y con el cumplimiento inflexible de las condenas hacia los verdugos.
La sangre murciana también se derramó
n Durante su actividad sanguinaria, ETA también rompió la familia de doce personas que fueron asesinadas. Es el caso de Jerónimo Vera, Lorenzo Soto, Constantino Gil, Ginés Pujante, Ángel Baños, Ramón Ezequiel Martínez, Diego Torrente, Juan Pedro González, Ángel García, Domingo Olivo, Miguel Orenes y Juan Bautista Peralta. Por la memoria de todos ellos la sociedad de Murcia exige una rendición de los asesinos sin contrapartidas políticas ni exigencias que conviertan el asesinato en una forma de negociar resultados.
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