Enfermedades
«Mi organismo responde por sí solo al virus»
Se estrena en este reportaje como «contador» de su historia. Nunca había hablado de su vida fuera de su entorno más cercano. Manuel (nombre ficticio, pues desea permanecer en el anonimato) es uno de los pocos españoles cuyo cuerpo responde «solo» al virus. Es un tipo de paciente denominado controlador de élite.
Prefiere no comenzar de la forma habitual, por el principio. Prefirió pasar página y centrarse en el ahora. «No recuerdo bien cómo empezó todo. Lo voy borrando de mi cabeza. Lo importante es que hace seis años decidí dejar de tomar la medicación. Acudí a una homeópata porque no quería pasar la vida intoxicándome para sobrevivir. No quería vivir eso. Estaba convencido de que podía vivir fuera de ese ambiente de enfermedad».
Llegó a cambiar de médico porque «me decían: "recaerás y tendrás que medicarte de nuevo"». Pero no ha sido así. «Ahora me siento más tranquilo, sabiendo que no me estoy intoxicando con fármacos».
Cada vez que acudía a hacerse analíticas, sus defensas iban en aumento y la carga viral descendía, por lo que le pidieron que se sometiera a ensayos clínicos. Entonces descubrieron la cualidad de Manuel. «Analizaban mi sangre para ver qué pasaba en mi cuerpo. Colocaban unas gotas en la sangre de otros portadores y aniquilaban el virus».
Sin embargo, y pese a que muchos le consideran un «privilegiado», él no se siente especial. «He pasado por fases. Al principio pensé que si hubiera sabido antes que era controlador, no habría hecho falta que me medicara durante años. Después, cuando iba al hospital y veía a la gente deteriorada por la enfermedad me sentía mal, impotente, porque las ves sufrir mientras que tú te encuentras bien».
Reconoce que sabe «cómo estoy ahora. Mi cuerpo está reaccionando bien, pero no tengo idea de lo que pasará mañana». Manuel es un superviviente «y eso es lo que me ha fortalecido y estoy agradecido a la vida».
«Tras el diagnóstico, apenas me dieron dos días»
Dos décadas atrás, Pedro, que cumplirá los 60 en cinco meses, observó la aparición de un herpes. De ahí surgió el pálpito y posteriormente el diagnóstico. En concreto, tras un análisis rutinario. «Lo viví un poco inconscientemente. No te lo esperas. Necesitas tomarte un tiempo para asimilarlo».
El problema añadido de Pedro es que «además, hace 20 años había mucha menos información de la que puede haber ahora y todo lo que decían era terrible, como que te quedaban dos días o cosas similares. Y tampoco había muchos tratamientos. Era una enfermedad relativamente "nueva"en la que se trabajaba por ensayo-error».
En un primer momento, Pedro decidió no comentarlo. «He sido prudente y sólo lo saben algunos miembros de mi familia. Se lo expliqué a aquellos a los que veía capaces de comprenderlo.
El tratamiento que sigue en la actualidad «me está funcionando bastante bien. Ahora mi carga viral es indetectable». Y así lo cuenta en el documental «Elige siempre cara», en el que personas seropositivas dan la cara y narran sus experiencias
La cinta, promovida por la Coordinadora Estatal del VIH-Sida (Cesida), hace un recorrido por aspectos como la infección, el proceso de hacerse la prueba, el esfuerzo por normalizar la situación o la vida en pareja, y el estigma que produce la lipodistrofia y cómo paliar sus efectos con intervenciones quirúrgicas.
A Pedro se suman otros protagonistas que cuentan a los afectados que pueden tener una buena calidad de vida.
«Del sida no hay que hablar sólo el 1 de diciembre»
Fue diagnosticado hace cinco años en un control rutinario. En su caso «fue transmisión por sexo oral. La verdad es que desconocía los riesgos, porque la probabilidad de contagio por sexo oral es difícil». Salva se considera un paciente atípico, pues «no me lo tomé mal. Me informé y se lo dije a mi familia».
Pero, como no siempre ocurre así, insiste en que «se debería hacer más hincapié desde el colegio y no hablar del sida solamente el 1 de diciembre. Además, siempre destacan que ya no es sinónimo de muerte, que se ha cronificado la enfermedad... Pero la gente sigue muriendo. Habría que hacer más campañas».
«Pensaba que moriría de forma lenta y dolorosa»
Hace diez años, a Jorge todo le iba bien. Llevaba una vida normal, con mi trabajo, amigos, familia… Hasta que el test salió positivo. En ese instante «todo se vino abajo. Caí en una depresión, sufría ansiedad y empecé a sentirme mal de verdad. Pensaba que iba a morir de forma lenta y dolorosa, porque así era la forma en que se manejaba».
Pese a que tomó antirretrovirales durante seis años, finalmente «los dejé porque me sentía mal, y desde entonces, he ido encontrándome mejor. Cambié mis hábitos alimenticios, cogí algo de peso, ya no siento molestias de ningún tipo. No me fatigo y he vuelto a estar activo».
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