África

El Cairo

Los medios de Mubarak dan cancha al enemigo

Si no fuera por internet o por el boca a boca, muchos egipcios pensarían que en la plaza Tahrir hay un grupo de «hippies» o de nómadas beduinos que han acampado en el centro de la ciudad.

El Gobierno egipcio ha tratado de controlar el trabajo de los reporteros
El Gobierno egipcio ha tratado de controlar el trabajo de los reporteroslarazon

La batalla entre prodemócratas y partidarios del régimen no sólo se está lidiando en la calle, sino también en los medios de comunicación. El canal Al Yazira es considerado un agitador por el régimen por su cobertura de la protestas. La estación de televisión catarí fue clausurada la semana pasada, la sede central incendiada y sus informadores perseguidos y atacados, así como otros periodistas extranjeros.

Las imágenes de las manifestaciones difundidas por la televisión estatal –incluyendo los canales 1, 2 y Nile TV– han creado un caleidoscopio de información contradictoria que ha llevado a los egipcios a la confusión.

En las últimas dos semanas, desde que empezó la revolución, la televisión estatal, altavoz del Régimen, ha estado difundiendo una información sesgada o falsa de lo que ocurre en la emblemática plaza. En sus emisiones, la televisión del régimen envenenaba con rumores de lo más destructivo como que los manifestantes opositores eran «ladrones» que saquearon viviendas, y comercios «cuando desapareció la Policía» de las calles.

Los periodistas extranjeros «forman parte de una conspiración internacional para derrocar el Gobierno», y los seguidores de Mubarak «eran intimidados y agredidos por agitadores y matones, cuya sublevación ha paralizado la economía de Egipto», denuncia el activista Gamal Eid, de la Red Árabe por la Información de los Derechos Humanos.

El 28 de enero, bautizado como el «Día de la Ira», Facebook, Twitter y la mesajería móvil eran las únicas herramientas para que los egipcios de a pie tuvieran información de lo que estaba sucediendo en Tahrir, por eso el Gobierno no tardó en cerrar los servicios de internet y telefonía móvil. La televisión estatal ignoró las protestas, dejando una programación de musalsalat (telenovelas) y programas de canciones patrióticas de los 60 y 70.

Los canales estatales cuentan con las llamadas de los telespectadores, unos espacios que deben reflejar diferentes puntos de vista, y el 90% de las llamadas eran de apoyo a Mubarak. Incluso, los canales comenzaron a especular sobre «una conspiración dirigida por Israel», comenta Mohamed.

Sin embargo, como señala el analista Azmi Ashour, la cobertura de las protestas por la Prensa gubernamental ha cambiado en los últimos días. El diario oficialista «Al Ahram» titulaba ayer en portada «Suleiman comienza el diálogo con los jóvenes de la revolución de Tahrir» y en el editorial, la columnista Osama Saraya reflexionaba sobre el pensamiento de la revolución. A su juicio, este cambio de mentalidad en los medios nacionalistas «es un efecto positivo de las negociaciones» entre el régimen y la oposición.