Málaga

La Caballé por fin será abuela por Jesús Mariñas

Buen regalo de cumpleaños. Montserrat Caballé festeja en abril los 78 en plena gloria y a pie de escenario. Supone no sólo un ejemplo de «la mejor voz del siglo XX» –que así consta en los registros melómanos– sino que también es récord de heroínas personificadas, con más de cien títulos en su repertorio

Montserrat, de 37 años, está en su cuarto mes de embarazo
Montserrat, de 37 años, está en su cuarto mes de embarazolarazon

Lo mismo recreó a Mozart y Rossinni, que fue walkiria wagneriana, o una «Salomé» que marcó época en la Scala milanesa. Firme en su propósito de «morir cantando», Caballé dio el domingo un concierto benéfico en Calpe para salvar un asilo de ancianos.

Y ahora estrena un personaje inédito en su vida: el de abuela. Su hija Montsita está de cuatro meses y para agosto esperan el acontecimiento que tiene rebosando de felicidad al cuarteto familiar, completado por un Bernabé Jr. poco dado a compromisos sentimentales largos. Montserrat y Bernabé veían lejana la posibilidad de ser abuelos, aunque Montsita, tras un matrimonio-estafa, tuvo la fortuna de conocer a Daniel Faivella, experto en la programación barcelonesa de conciertos de pop. Hizo que ella retornase al canto y a la ilusión. Ahora, tras tres años de relación, esperan bebé, ella a punto de cumplir los 37.

Nunca es tarde si el amor es mucho. Es lo que también dice Carmen Cervera, muy enrabietada con su hijo Borja. Está a punto de marchar a Málaga, donde el 24 inaugurará el primer museo con su nombre. Le espera distribuir y colgar los 240 lienzos de maestros como Rusiñol, Casas o Anglada Camarasa. «Ponerlos adecuadamente es algo que prefiero hacer yo, siguiendo estilos y épocas. Me llena de ilusión...», dice. «Sobre todo para olvidar la posible –o imposible– falta de liquidez», le contesto. Tita ríe a son de boleros cubanos en un musical en el Teatro del Canal. Su estreno lo refrendaron ella, Pepe Ruiz, La Chunga, Valladares, María Jesús Ruiz, Raúl Sender, Víctor Ullate, Ángel Carrasco y Victoria Vera con Pepe Chelala. A la baronesa le va el ritmo.

«Afortunadamente aún no estoy necesitada de cash», reafirmaba tocando el brillante que colgaba de su cuello. «Lo de mi hijo no tiene solución, y es cierto que no puedo llamarle. Ha cambiado de número –y yo lo confirmo porque el antiguo figura como dado de baja–. Me gustaría verlo en la apertura de Málaga, no puedo disimularlo. Aunque no creo. Lo tienen muy dominado», me dice en un lamento con alguna de las sabrosas letras que encandilan a alguien tan cálido como Santiago Castelo. Espectáculo que no se parece a ninguno de Broadway por su ritmo, entusiasmo artístico y autenticidad.