Jubilación
Gómez y pensiones
Esta semana hemos comprobado que la supuesta abnegación solidaria del Estado del Bienestar se traduce en pensiones más bajas. El Pacto de Toledo es un pacto de silencio cómplice, mientras los políticos insisten en que todo lo hacen con transparencia y por nuestro bien. Escribió sobre el asunto hace un tiempo Valeriano Gómez: «Los modelos privados no son, ni mucho menos, una alternativa superior a los modelos de pensiones de carácter contributivo y universal…Muy pocos fondos privados han logrado presentar rendimientos positivos durante los veinte últimos años…No hay futuro al margen de los grandes sistemas de protección social…, uno de los más bellos símbolos del progreso humano». Pero no puede haber progreso sin libertad, y el Estado del Bienestar es obligatorio. Asegura el actual ministro de Trabajo que los sistemas públicos de pensiones son más rentables que los fondos privados. No voy a cuestionar ahora su ilegítima equiparación entre Estado y sociedad civil, ni sus cálculos, evidentemente sesgados por el derrumbe de las cotizaciones bursátiles de los últimos tiempos. Daré por sentado que el ministro tiene razón. Supongamos, pues, que los sistemas públicos son efectivamente «una alternativa superior». Ahora seamos consecuentes, don Valeriano. Si la Seguridad Social es una alternativa superior, permita usted que sea una alternativa de verdad. Es decir, que deje de ser obligatoria y que los ciudadanos puedan elegir.
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