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Castilla y León

OPINIÓN: Cinco estrellas

La Razón La Razón

Al igual que los hoteles los turistas también tienen su calificación. Son de cinco estrellas si vienen con la Visa cargada y con intenciones de quedarse y de motel barato si llegan con un bocadillo de sardinas envuelto en papel de aluminio. En este sentido, en Castilla y León tenemos luces y sombras. En la nueva edición de ARPA ha quedado patente que tenemos un patrimonio envidiable. Ninguna comunidad, ni región europea están a la altura.
Hasta el punto de que si en Cataluña tuviesen la catedral de Burgos, el acueducto de Segovia, la muralla de Ávila o la plaza Mayor de Salamanca, por ejemplo, habrían levantado un parque temático rodeado de Ikeas, Burguerkines y montañas rusas patrocinadas por los Simpson. Aquí invertimos muchos millones de euros en el Camino de Santiago. ¿Es rentable? Sólo lo saben en la consejería de Turismo, donde deben cuadrar la cuenta de resultados con aquello de ingresos menos gastos igual a beneficios.
Hace años se publicó un estudio que analizaba a los visitantes de las diferentes comunidades autónomas. Los de Castilla y León venían dispuestos a quedarse pocas noches y a gastarse lo que hiciera falta en los mejores restaurantes.
En el otro lado de la balanza se encontraban los del Levante. Estos se alojaban más días y preferían comer paella en el chiringuito de la playa. Ahora algo ha cambiado en Castilla y León, y creo que a peor. Con un patrimonio tan grande sólo vale ganar.