Castilla y León
Rodiezmo se revuelve contra Zapatero y le acusa de «engañarnos»
Se confirmó el divorcio. El año pasado ya se intuía una ruptura entre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y los sindicatos que participan en la Fiesta Minera Asturleonesa, que, desde 2000, usaba el jefe del Ejecutivo para abrir el curso político. Su ausencia en 2010 apenas fue criticada, pero todo hacía pensar que este año no se iba a librar de los ataques. Y así fue.
Ningún miembro de la Ejecutiva ni de la dirección del PSOE se desplazó hasta la pedanía leonesa y los sindicatos lo aprovecharon. «Son unos farsantes», aseveró el secretario general de FIA-UGT de Castilla y León, Manuel López, en referencia al Ejecutivo central y regional por no haber «defendido el sector minero» dejando a los trabajadores en la «mayor incertidumbre de la historia». Por ello, López no dudó en apuntar directamente al presidente del Gobierno al señalar que «nos ha engañado». Y es que la gestión y las políticas del Ejecutivo siguen sin gustar y todos los líderes sindicales que se han subido al escenario han usado su turno de palabra para cargar duramente contra el presidente y su Gobierno, y menos contra el PP, aunque tampoco se ha salvado de las críticas.
La reforma constitucional ha sido uno de los temas calientes. El secretario general de UGT, Cándido Méndez, señaló que con anterioridad ya se han tomado medidas para «tranquilizar a los mercados» como el plan de ajuste, la congelación de las pensiones, la reducción del cinco por ciento del sueldo a empleados públicos o la reforma laboral y «la situación no ha ido a mejor», informa Efe. Por ello, Méndez comentó que tanto el PSOE como el PP están «desautorizados por la realidad» por incorporar este supuesto a la «ley de leyes» que es la Constitución, que supone un «acto de sumisión de la política a la ideología que nos ha traído a esta situación con un costo político y democrático que perdurará en el tiempo». Como solución a la crisis, Méndez pidió mirar a Europa. «El poder político sigue recluido en lo nacional» mientras que el poder económico se «ha globalizado», dijo para reclamar «una política distinta».
Ataque a la patronal
Mientras, el secretario general de FIA-UGT, Antonio Deusa, lamentó el «claro retroceso de los derechos sociales» en un país donde 1,4 millones de familias «no tienen ingresos» y culpó a la patronal de ser el «único responsable» de esa situación y de haberse «posicionado políticamente» para promover un cambio de Gobierno. Previamente, pidió al sindicato que «retome la senda ideológica de la izquierda».
Eso sí, los sindicalistas no dudaron en tender la mano a los «indignados» del 15-M. Según López, los sindicatos están «autoindignados» y las reivindicaciones de ese movimiento «son las mismas que llevamos defendiendo durante más de cien años».
Guerra, el único defensor
Uno de los pocos socialistas que sí se atrevió a pisar Rodiezmo fue el ex vicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra, quien trató de sacar la cara por el PSOE. Dijo que los recortes impulsados por el PP en las instituciones que gobierna no se pueden achacar a la herencia socialista, mientras añadía que el PSOE ha tenido que tragarse una «píldora envenenada» al tener que reformar la Constitución. Y volvió a usar la táctica socialista de echar balones fuera y hablar de «Gürtel»: «¿Herencia socialista? Pregunten en otro sitio, pregunten en el sastre».
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