Singapur

Alonso está de vuelta

Fernando Alonso no pudo evitar dar un salto en el podio. Su religión le prohíbe las grandes muestras de alegría, pero la victoria en Singapur lo merecía. El Mundial está ahora un poco más cerca para el asturiano. Al piloto español le sienta bien la noche de Singapur. Ganó ayer en el circuito urbano igual que había hecho hace dos años cuando se estrenaron los focos. Pero en 2008 la victoria sólo tenía carácter reivindicativo. «Sigo vivo», parecía decir a los mandos de un Renault que en nada se parecía al que le dio sus campeonatos del mundo. Aquel triunfo era una muestra del orgullo del campeón.

La Razón
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«Sigo vivo», volvió a decir ayer. Pero el sentido era diferente. Ahora vuelve a pelear por el título del mundo. Ganó la carrera y Hamilton, el enemigo, se quedó por el camino en un choque con Webber. Era el enfrentamiento entre la vieja obsesión, Hamilton, y el rival verdadero, Webber. Salió perdiendo el británico y Alonso ya está a «sólo» once puntos del liderato. Once puntos que lo separan de recuperar la gloria.

«Traté de forzarlo para que cometiera un error», confesó después Vettel. El piloto de Red Bull intentó el adelantamiento, pero no pudo con Alonso. La presencia del asturiano en los primeros puestos da miedo a sus rivales. «La gente le ha descartado dos veces y él está de vuelta», advierte Vettel. Es lo que tienen los campeones. Ninguno dimite de su condición y para ganarles hay que derrotarlos porque ellos no se apartan.

Fernando Alonso no tiene previsto apartarse. Su orgullo sólo le permite recuperar el título para él y para Ferrari. Y la responsabilidad no le asusta.