Parados de larga duración

En el día de hoy por Javier G Ferrari

La Razón
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Primero de Mayo de 2012, los liberados sindicales quieren que el Gobierno, elegido en las urnas por cerca de once millones de ciudadanos, se pliegue atado de pies y manos a sus pretensiones de dar marcha atrás en la reforma laboral y, mientras tanto, que siga engrasando su maquinaria del «dolce far niente» con las subvenciones que se dedican desde hace un montón de años a todo, menos a ayudar a quienes están en el paro. Como publicaba el pasado domingo LA RAZÓN, ZP destinó más de mil millones de euros a tener con la boca cerrada a CCOO y UGT. Esta última ya tiene más que acreditado que no es otra cosa que la correa de transmisión, o el brazo de la agitación callejera del PSOE. Su líder, Cándido Méndez, ha recuperado su aspecto de oso feroz tras siete años y medio de ser un osito de peluche mientras el Gobierno del PSOE dejaba España como la serie de Antena3, con el culo al aire. Verle mitinear en el Congreso de las Juventudes rubalcabianas debería ser más que suficiente para que los que siguen pensando que la solución de sus males pasa por dejar en manos de los sindicatos de casta, más que de clase, como les definía en estas mismas páginas el admirado Ramón Tamames, se cayeran del caballo alado sobre el que llevan cabalgando años y años sin dar un palo al agua quienes han creado una nomenclatura de intocables gracias a nuestros impuestos. Este fin de semana en el acto partidario de Madrid, Méndez dijo que a él el Gobierno de Rajoy le mintió pero no le engañó. A los cinco millones largos de parados que sus conmilitones dejaron al marcharse del poder, don Cándido les ha estado engañando sin necesitar de mentir. Cuando Rajoy decida que no hay mejor defensa que un buen ataque, como siempre hace la izquierda sin el más mínimo pudor, debería plantear que los nuevos señoritos de puño cerrado para que no se les caiga un solo euro, dejen de recibir un dinero que hace falta para cosas más productivas y que sale de los bolsillos de todos.