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El insaciable Zeljko

Dice Obradovic que no tiene una receta secreta para hacer que sus equipos ganen la Euroliga, pero cuando un técnico acumula ocho, algo debe guardar en su pizarra que el resto todavía no ha encontrado.

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Zeljko llevó ayer al Panathinaikos a su sexta Copa de Europa, mientras él completaba un palmarés al que nadie se acercará en mucho tiempo. El serbio acumula tantos títulos, ocho, como el equipo más laureado de la historia, el Real Madrid, aunque sólo ha necesitado 19 años para conseguirlo. En la comparación con el resto de entrenadores, el palmarés de Obradovic se convierte en una especie de milagro inalcanzable para los mortales. Mitos como Ferrándiz, Gomelsky y Maljkovic aparecen en la lista de ganadores por detrás de Zeljko, con «sólo» la mitad de Copas de Europa que un señor que siempre da el mérito a los jugadores y que asegura que lo que le hace feliz es poder ir a entrenar cada día. «Lo demás no es importante», aseguraba sobre el parquet del Sant Jordi, después de cumplir con lo que es una rutina para él: levantar la Copa en mitad de la pista.

Probar en la NBA no está en su horizonte, porque está muy feliz en Europa y en Grecia, donde es un dios para los aficionados que tienen el corazón verde. El año pasado, el Panathinaikos quedó fuera de los ocho mejores y aparecieron rumores sobre su posible dimisión. Nunca se supo si realmente pensó en esta opción, pero por si acaso, la hinchada inundó el aparcamiento cuando Obradovic abandonaba la sede del club ateniense para mostrarle su cariño y pedirle que siguiese al frente del equipo. Ayer, muchos de ellos estaban en Barcelona disfrutando de volver a ser los mejores. Se trata de un cascarrabias, que cuida a sus jugadores y todos los detalles que le rodean. Ayer, se acordó de José María Izquierdo, su ayudante en el Joventut, que acaba de perder a su padre, y después de unos minutos de fiesta en el vestuario volvió a la disciplina que le ha llevado hasta lo más alto: «El martes vamos a olvidar todo esto y a empezar a preparar la final de la Copa ante Olympiacos». Así es el insaciable Zeljko.

Mucho Panathinaikos para el Maccabi
El Maccabi luchó hasta el final para cambiar su suerte, pero siempre se encontró con la solidez del Panathinaikos, que terminó dando la razón a las apuestas. Los griegos frenaron bien a Schortsanitis y con Diamantidis al mando llevaron la iniciativa todo el encuentro. El base heleno fue elegido Jugador Más Valioso de la final, un premio que el año pasado fue para Navarro.70. Maccabi: (15+15+ 13+27): Pargo (12), Eidson (17), Pnini (8), Eliyahu (12), Schortsanitis (4) –titulares– Blu (14), Hendrix (–), Burstein (–), Macvan (3) y Sharp (–).78. Panathinaikos (22+11 +21+24): Diamantidis (16), Calathes (4), Sato (13), Fotsis (5), Vougioukas (4) –titulares– Batiste (18), Maric (2), Perperoglou (2), Nicholas (14), Tsartsaris (-), Kaimakoglou (–), Tepic (–).