Tomás Gómez: Presumido vanidoso y sin corbata

MADRID- Tomás Gómez .(Enschede, Holanda, 1968), hijo de emigrantes, motero empedernido y celoso al máximo de su vida personal, en algunas de sus biografías consta como «casado», aunque la última foto en al que le ve con la alianza es del 2008. Separación de por medio, o una simple estrategia más de marketing para hacerse con su tan ansiada candidatura, el díscolo de Zapatero ya ha sido calificado como el «antilook socialista». Su estilismo, siempre impecable y muy alejado del de socialista al uso, llama poderosamente la atención: traje oscuro y ligeramente entallado, camisas impolutas y, en numerosas ocasiones, de la firma Carolina Herrera (sinónimo de «lujo» provinciano y pijo), corbata sólo cuando es imprescindible y zapatos tipo castellanos, otro de los imprescindibles en la estética conservadora.
Pero, ¿qué hay de malo en que un militante socialista vista de esta guisa? Para David Cabaleiro, experto en Imagen Personal y director de la agencia de moda y comunicación Pin Up, «su estilo no tiene tanto que ver con el signo político, sino con su edad. Se ha atrevido a innovar y a aportar su estilo personal, sin dejar de vestir en todo momento de forma correcta». Y asegura que la imagen de Gómez «representa al socialismo actual moderno y cercano, pero también serio y formal» y sin dejar de mostrar lo que es evidente: que el aspirante a candidato es un hombre muy atractivo, vanidoso y consciente de sus atributos físicos debidos, en gran medida, a la «obsesión», según reconocen algunos allegados, al gimnasio. Gómez tiene un cuerpo atlético aún inédito –ni siquiera se le ha visto en manga corta– y luce patillas cortadas al milimetro y siluetas más entalladas de lo normal, tanto en los trajes, como en esos pantalones vaqueros que combina, siempre en fin de semana, con camisas blancas y blazers navy. Incluso prescinde a menudo de la corbata y, además, se atreve a sustituir la camisa por una camiseta negra en sus outfits de traje.

¿Zapatos de la suerte?
- Si hay algo que «chirría» en el atuendo del «rebelde» Gómez, son los zapatos tipo castellanos, identificados con la imagen de derechas. Gómez se atreve con todo, pero cuando se trata de zapatos va a lo seguro; un detalle que probablemente aprendió de sus padres, que regentaron una zapatería en Parla. Los suyos, probablemente de la firma americana Sebago, cuestan unos 150 euros.