Valencia

La gloria es para Forlán

Fue decisivo en la final igual que lo había sido en la semifinal contra el Liverpool. Ha marcado los cuatro últimos goles del equipo en el torneo

Quique fue manteado por sus jugadores para celebrar el título
Quique fue manteado por sus jugadores para celebrar el títulolarazon

Hamburgo- «Volveremos, volveremos, volveremos a ser campeones, como en el 96». Es el grito que lleva ensayando la afición del Atlético durante todo el año. Desde que descubrió que la Liga era una larga molestia y su refugio de felicidad estaba en las Copas. En la de Rey y en la Liga Europa, esa heredera de la UEFA, la hermana pequeña de la Liga de Campeones que ayer eligió a su primer campeón. Catorce años de padecimiento que se borraron cuando Antonio López levantó la Copa. No hay maldiciones eternas, aunque lo parezcan.La que castigaba al Atlético mu- rió en los pies de Forlán. En dos goles que devuelven al club al lugar que ocupó alguna vez, un sitio entre los mejores de Europa gracias a uno de los mejores delanteros del mundo. Porque el «7» tiene mucha culpa de que el Atlético vuelva a sentirse grande. Suyos fueron los dos goles contra el Liverpool y suyos los dos de la final. Ha marcado los cuatro últimos tantos de su equipo en la Liga Europa y cinco de los últimos seis, porque también acertó en Valencia. Allí consiguió el 0-1 de un partido que terminó 2-2.No necesita compañeros, sólo socios que le den la pelota en el momento apropiado. Y si no los tiene se acelera. Pero tenía que ser él quien eligiera el instante para acabar con la desgracia, para descubrir que con rayas rojas y blancas también se puede ser feliz. Y ganar después de 48 años sin un título europeo, 24 sin una final.El uruguayo aparecía feliz en la sala de prensa, con la camiseta del Atlético y el trofeo de mejor jugador de la final. Que en su caso es lo mismo que decir el que más ganas tuvo de ganar. «Son los dos goles más importantes de mi carrera. El año pasado fue un gran año, pero este es mejor. Estoy muy contento de llevar un título a los hinchas para que lo disfruten». Especialmente los que ayer gritaban desde uno de los fondos del Arena de Hamburgo «que bote el Calderón». Los mismos que hicieron salir a los jugadores del vestuario para festejar una victoria histórica. «Estuvo bien, pero hubiera preferido que se acabara en 90 minutos», comentaba Forlán.Hoy es un día de esos que los rojiblancos llevaban tiempo esperando, un día en el que sentirse orgullosos de su equipo.