Policía

Acuchilló a las prostitutas porque no quería pagarles

La tranquila localidad alicantina de Benissa se vio ayer sorprendida por un trágico sucesos. Al parecer, un joven que vivía en la localidad «toda la vida», aunque parece ser que era andaluz, mató el miércoles a dos prostitutas a las que previamente habría recogido en algún polígono cercano a casa.

La Guardia Civil sale del apartamento donde sucedieron los hechos
La Guardia Civil sale del apartamento donde sucedieron los hechoslarazon

Fue el propio joven el que se presentó en el cuartel de la Guardia Civil para confesar los hechos, y los agentes comprobaron en su domicilio que el relato era cierto, al menos en tanto en cuanto al hallazgo de los dos cuerpos acuchillados en el propio domicilio del presunto agresor.
Aunque la investigación no ha hecho más que comenzar y ayer mismo se estaba realizando la autopsia a los cuerpos, fuentes consultadas por LA RAZÓN explicaron que el joven era conocido en los ambientes «de marcha» y en «la noche» de la comarca.

Todo apunta a que contrató los servicios de las meretrices en alguna zona próxima al pueblo y que las trasladó hasta su casa. Otras fuentes indican que las prostitutas habrían sido citadas por teléfono.

Una vez en el domicilio y tras prestar los servicios requeridos, parece ser que se inició una discusión por el pago de los mismos y, en un momento de máximo nerviosismo, no se descarta que acrecentado por el consumo de sustancias estupefacientes o de alcohol, los tres llegaran a las manos.

En el trascurso de la discusión, el joven cogió un cuchillo de grandes dimensiones de la cocina de su casa y acabó con la vida de las dos prostitutas.
Otra versión, apunta a que las prostitutas habrían intentado robar al joven, aunque esta reacción podrían haberla tenido al saber que no iban a cobrar por los servicios prestados.
Una de ellas era nigeriana, y tenía 35 años; la otra, ecuatoguineana, contaba 31.
El presunto agresor, que también tiene 31 años, pasara mañana a disposición judicial en los Juzgados de la localidad alicantina de Calpe.

El suceso ha causado una profunda conmoción en el pueblo, ya que el agresor era bastante conocido. La localidad, en palabras de su alcalde, es «muy tranquila y con altos niveles de bienestar».