Irán
La guerra no está ganada
Ben Laden era solamente una parte de Al Qaida, que constituye solamente una parte de la iniciativa terrorista islámica, que sólo es una parte a su vez del movimiento islamista, de manera que el anuncio de su muerte esta madrugada a manos del gobierno estadounidense supone una escasa diferencia a nivel operativo. La guerra contra el terrorismo no ha variado significativamente, y mucho menos se ha ganado.
Pero dado que Ben Laden simbolizaba el terrorismo islámico, su burlona presencia a través de las grabaciones de vídeo y audio que aparecieron durante casi 10 años tras el 11 de septiembre movilizaban a sus aliados y frustraban a sus enemigos. Por contra, su ejecución por parte de las fuerzas estadounidenses en Abbotabad, Pakistán, enorgullece a los estadounidenses con su país, alienta a las instituciones de la seguridad y la Inteligencia, y supone un golpe importante a los islamistas.
Lo que hay que vigilar de ahora en adelante:
1. Por la parte estadounidense, ¿durarán más de unos cuantos días el repentino orgullo y la unanimidad? ¿O volverán a surgir los reparos izquierdistas de costumbre? 2. Con respecto a los islamistas ¿qué magnitud va a tener la reacción causada porque la administración de Zardari consintiera que las fuerzas estadounidenses hayan matado a Ben Laden en territorio paquistaní? ¿Y cuántos intereses estadounidenses y americanos dentro y fuera del país van a ser objeto de atentados terroristas en represalia a la ejecución del líder simbólico de la yihad?
Durante las primeras horas al menos, los musulmanes han dado la callada por respuesta. En Arabia Saudí, por ejemplo, una información concluía que las emociones oscilan «entre la alegría, el lamento, la negación y un torrente de teorías conspirativas». Examinando la panorámica en general, la desaparición de Osama Ben Laden encaja en un patrón de menor énfasis islamista en el terrorismo y cada vez más en la actividad política. ¿Qué puede presentar Al Qaida que valga la muerte y la destrucción que ha provocado?
Más concretamente, ¿en dónde han conducido sus esfuerzos a la implantación de la Sharia (la ley islámica)? A esos efectos, ¿qué logró Jomeini con la República Islámica de Irán, que amenaza con derrumbarse dentro de no mucho? Los islamistas que trabajan dentro del sistema, que construyen instituciones educativas, mediáticas, jurídicas y políticas aspirando a implantar la Sharia son con mucho más formidables. El ejecutivo islamista electo de Turquía tiene esperanzas mucho más prometedoras que el ejecutivo revolucionario de Irán. Los islamistas están empezando a darse cuenta de que trabajar desde dentro del sistema tiene más posibilidades de triunfo que tratar de destruirlo.
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