Castilla y León

El obispo de Ávila avisa: «La Economía está al servicio del hombre no al revés»

El obispo de Ávila avisa: «La Economía está al servicio del hombre no al revés»
El obispo de Ávila avisa: «La Economía está al servicio del hombre no al revés»larazon

Ávila- El obispo de Ávila, Jesús García Burillo, recuerda que «hemos olvidado que la Economía está al servicio del hombre y no el hombre al servicio de la Economía», y va más allá al considerar que la situación por la que atravesamos deriva de que «hemos hecho del dinero nuestro dios, creyendo erróneamente que nos daba la felicidad».

Y va más allá monseñor García Burillo al dar un pequeño tirón de orejas a toda la sociedad, incluidos los poderes públicos: «Durante mucho tiempo hemos querido vivir por encima de nuestras posibilidades, tanto en el ámbito particular como insttiucional».

«Hemos de tomar en serio la verdad. La verdad económica, que presenta cuentas públicas y privadas, y calcula antes de afrontar un gasto si va apoder responder de él. Y la verdad acerca del hombre, su destino y su sentido», continúa.

Así se ha expresado en las últimas horas García Burillo, aunque la marejada económica, ha dejado en un segundo término sus palabras, pronunciadas en la homilía de la fiesta de San Segundo, patrón de Ávila y primer obispo de la Diócesis. A su entender el momento precisa una regeneración moral, y alude que «hemos de recuperar el valor inestimable de la austeridad», «redescubrir que la auténtica alegría no nace del tener, del poder o el placer, sino de la pureza de un corazón sencillo». En su alocución, Jesús García Burillo, ha apuntado que «si el trabajo sólo es visto como fuente de capital, entonces estamos negando una dimensión esencial de nuestro ser más íntimo: la responsabilidad con los otros y con la Historia».

Asimismo, el obispo abulense considera que «no hay progreso económico real cuando se actúa contra la dignidad humana, ni dignidad humana cuando se rechaza la austeridad y se privilegia el tener como valor último de nuestra condición».

Labor social de la Iglesia
La homilía, que se vertebra en torno a la crisis económica, hacía también referencia a la experiencia de la Iglesia, la institución: «es doloroso escuchar el testimonio de familias que no tienen lo esencial para vivir, de jóvenes que no pueden casarse por falta de recursos, de ancianos que viven en condiciones precarias».

Ante esta situación, continúa, «la Iglesia hace lo posible, especialmente a través de Cáritas y de otras organizaciones, para paliar las necesidades más urgentes de nuestros hermanos».
Si bien, García Burillo no obvia el empeño que muchos particulares cristianos están poniendo en estos días por apoyar la labor de la Iglesia, pero también otros, «sin compartir nuestra fe».

 

«La Iglesia siente renacer el ímpetu misionero»
Son muchos los que viven como si Dios no existiera, o como si, existiendo, no hubiera manifestado su amor y operado su salvación en Cristo. Así lo apunta el obispo de Ávila, quien, además, estima que «cada vez es mayor el número de quienes viven entre nosotros, sin conocer siquiera de forma superficial el cristianismo». Por este motivo, es rotundo al manifestar que la Iglesia, lejos de desalentarse, siente renacer en su seno el ímpetu misionero que animó a la primera generación. Y es que, dice, «la fe aumenta precisamente cuando se da, y si no se da se agota». «A semejanza de San Segundo, estamos convencidos de que Cristo es la respuesta verdadera a todos los interrogantes que laten en el corazón del ser humano», añade.