Crisis del PSOE

Rubalcaba y Griñán sellan un pacto de no agresión

Acuerdan ceder el protagonismo a Andalucía en el debate territorial

Rubalcaba y Chacón quisieron acompañar a José Antonio Griñán en el desayuno informativo organizado ayer por la agencia de noticias Europa Press
Rubalcaba y Chacón quisieron acompañar a José Antonio Griñán en el desayuno informativo organizado ayer por la agencia de noticias Europa Presslarazon

MADRID- Tras la tempestad siempre llega la calma. En el José Antonio Griñán que escuchamos ayer en Madrid primero en un desayuno informativo de Ep y después en una entrevista en el programa «Al Rojo Vivo» de La Sexta no se apreciaron apenas diferencias con el discurso orgánico y político de Alfredo Pérez Rubalcaba. Algo había, sin duda, cambiado desde que hace una semana el presidente del PSOE convulsionara al «aparato» con unas polémicas declaraciones que ponía al descubierto sus diferencias con la dirección federal. Motivo: ambos almorzaron el pasado lunes en Ferraz y limaron muchas de sus diferencias. Dicho de otro modo, sellaron un pacto de no agresión, acordaron el calendario orgánico hasta 2014 y que Andalucía, con su presidente a la cabeza, tenga un papel protagonista en el debate territorial que se avecina tras las elecciones catalanas. Será, seguramente Griñán, el interlocutor del PSOE para el Gobierno en esta materia.

Así pues, quienes acusaron al presidente andaluz del PSOE de «desleal» por abonar el terreno para un supuesto «golpe de estado» contra la dirección una vez celebradas las elecciones catalanas, hoy están mucho más tranquilos. No ven ya aviesas intenciones en la federación andaluza.

No en vano el presidente del PSOE solemnizó ayer que ni es partidario de adelantar las primarias, ni quiere un congreso extraordinario, ni mucho menos tiene intención de pujar cuando toque por el cartel electoral del PSOE para 2015. «Hicimos un Congreso hace 10 meses. No podemos resolver los problemas electorales que tengamos con una respuesta orgánica. Tenemos una dirección del partido que ha de funcionar hasta después del Congreso. Ahora no podemos meternos en debates de personas. La solución no es hacer una primarias», afirmó un conciliador Griñán, para quien las primarias deberían celebrarse «lo más cerca posible de las elecciones», si bien debería hacerse «un reglamento para poder hacerlas antes si el PP adelanta las elecciones».

En el recuerdo de muchos socialistas, pero también en el de Griñán, está la maltrecha bicefalia entre Borrell y Almunia cuando el primero aspiraba a la presidencia del Gobierno y el segundo era secretario general del PSOE. De ahí que el presidente de los andaluces considere que repetir hoy aquella experiencia sería «una barbaridad». Su impresión es que la dirección de Rubalcaba está asentada para llegar «hasta el final de su mandato» y «deberá ser absolutamente neutral con los candidatos a primarias cuando estas lleguen». Y añade que sería absurdo un candidato comprometido con la Ejecutiva.

Si alguna novedad aportó ayer el presidente del PSOE fue su rotunda oposición a abrir las primarias a los simpatizantes, un debate que se libra muy intensamente en el PSOE entre los partidarios de que el proceso sea similar al de los socialistas franceses y quienes defienden que sólo la militancia tenga derecho a voto.

El almuerzo de Griñán y Rubalcaba no fue una cita cualquiera ni se enmarca en la ronda de contactos que el secretario general del PSOE ha abierto con los distintos barones para asegurarse la paz orgánica antes de convocar al Consejo Territorial y al Comité Federal el próximo diciembre, sino que pretendía –y parece que se consiguió– sellar la paz entre la federación andaluza –que apoyó masivamente a Chacón en el Congreso de Sevilla– y la dirección federal. El tiempo que dure la tregua ya se verá.