El talante de Castro

Se hizo en la casa castellanoleonesa porque en la extremeña, que se supone que es para todos los extremeños, no se lo permitieron. Fue vetado sin más. ¿Será porque se trataba de un candidato del PP y el municipio elegido era Getafe? Después de que Pedro Castro llamara «tontos de los cojones» a los votantes del PP y amenazara a una concejala con lo de «tienes que desaparecer como persona», no me extrañaría nada. ¿Será porque está acostumbrado a prohibir y sancionar todo lo que le molesta?

Tras decretar una ordenanza de convivencia por la que se multa con 800 euros a quien no sea respetuoso con la autoridad municipal o duerma en la calle, no me extrañaría nada. Después de ver las trabas que está poniendo al candidato popular, Juan Soler, para desarrollar su campaña, no me extrañaría nada. ¿Será que tiene miedo a perder las elecciones, prescindir del Audi A8, que está valorado en 120.000 euros, dejar en la calle a 50 asesores y que su hijo, concejal de Hacienda del municipio y aspirante a suceder a papá, se vaya al paro? Con esos antecedentes, tan aperturistas y dialogantes, con ese talante y ese derroche de educación y excelencia de este ejemplar alcalde, me lo creo todo.