Sevilla
OPINIÓN: Odisea colegial
Aparquemos temporalmente el tema de los ERE y las corrupciones diversas que nos contemplan y hablemos de las cosas importantes. ¿Por qué si escolaridación no es obligatoria hasta los seis añitos el sistema «obliga» a matricular a los niños con 36 meses? Sin tiempo para que abandonemos el hábito de especificar la edad de nuestros hijos en meses, nos los recluyen en sus aulas de mobiliario diminuto cinco horas al día, con opción a ampliar su dura jornada dos horas por la mañana y otras tres por la tarde. Qué bonita costumbre la de encontrarse con los niños el tiempo justo de que cenen y a la cama. Yo sé que lo hacen por nuestro bien, por el de las mamás y papás que han adquirido el loable hábito de trabajar fuera de sus casas. De otra forma no se sostendría la gran mentira del siglo XXI: la conciliación familiar y laboral. Exceptuando a las envidiadas empresas de la Red –y pese a los desvelos de la reconocida ejecutiva Isabel Aguilera por ofrecer alternativas–, la fórmula general fracasa. Nada que case con un puesto medianamente reconocido. A lo que iba, que encima si no te pliegas a las normas te arrinconan y te advierten desde la Delegación: «No es obligatorio, pero si no matricula a la niña con tres años es imposible que entre. Quedará alguna vacante en el extrarradio». Y aquí ya ni baremos ni zonas, sólo rige el sinsentido común.
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