OPINIÓN: Si hay que ir

Parece que va de suyo escribir estos días sobre las medidas del gobierno para reducir el gasto energético. Y va de suyo, porque cuando uno creía que el despropósito y la tontería habían llegado a su límite, el Ejecutivo se juega el órdago con la limitación de velocidad a 110km/h. Una medida que, aparte de hacernos consumir menos, nos hará ir más seguros por las carreteras. Porque a 120 te matas, pero a 110 parece que no te haces ni un rasguño. Sobre todo porque a 110 se ve mejor la carrera y se tiene más tiempo de reacción, algo muy importante desde el momento en el que se reduzca la intensidad de la iluminación de las carreteras. La verdad es que uno lo piensa y sigue sin dar crédito. Vaya por delante que creo que los coches van muy rápidos y que cualquier cosa que sea pasar de 50Km/h, que es lo que corre mi vespino, me parece innecesario. Y, por supuesto, está claro que es necesario reducir el gasto energético (no sólo el del petróleo). Pero una medida improvisada, temporal y cuya utilidad (aparte de lo que se recaudará en multas) está por ver, es algo que hasta el momento nadie ha sabido comprender. No sabía José Mota, el humorista manchego, lo que se acercaba a la realidad cuando esta Navidad parodiaba a Rubalcaba haciéndonos buscar monedas debajo de los cojines del sofá bajo la consigna de «algo habrá, porque tié que haber». Reduciendo la velocidad a 110km/h no se arregla mucho (prácticamente nada), pero algo se hace. El trastorno es inmenso, pero no importa: algún euro se ahorra por algún lugar. Quizá habría que contestar al gobierno con otro célebre dicho de José Mota: si hay que ir … (a 110km/h) se va, pero ir pa' ná, es tontería.