Sevilla
Mª Ángeles Sepúlveda: «Se sigue pensando que un mal marido no tiene por qué ser un mal padre»
Sevilla- Zoido entregó el lunes los premios a la Mujer. El reconocimiento a la trayectoria profesional en su XV edición correspondió a Mª Ángeles Sepúlveda, médica forense y jefa de la Unidad de Coordinación para la Violencia sobre la Mujer desde julio de 2008.
–¿Qué hace especial el premio?
–Primero, que se concede a una mujer, con la condición de sevillana y en una modalidad de reconocimiento a la trayectoria profesional. En mi caso, la lucha por la igualdad es un modo de vida. Luego, quiero destacar que es un premio a propuesta de asociaciones de mujeres y del Consejo de la Mujer de Sevilla. Lo proponen mis propias compañeras, que lo merecen tanto o más que yo.
–¿Hay una involución en la perspectiva que tiene la sociedad sobre la violencia de género?
–Dar una información fidedigna es muy importante. Si no se informa a la sociedad, ésta cree que el problema no existe. Ocurre como con los accidentes de tráfico, los anuncios conciencian.
–¿Y el «caso Salobral»?
–Todo lo que se trata de manera morbosa produce rechazo.
–¿Son los hijos los olvidados?
–Sí, y los poco considerados. Se sigue pensando que un mal marido no tiene por qué ser un mal padre. Pero el que maltrata a su mujer también maltrata a sus hijos. El ejemplo más brutal que tenemos ahora es el «caso Bretón». Se ha matado a los hijos para hacer daño a la madre. Los padres que matan a madres dejan huérfanos y familias destrozadas.
–Si prevenir es lo mejor, ¿qué más se puede hacer en educación?
–Coeducar. La mejor manera de prevenir es educar en igualdad.
–¿A nivel de escuela hay perspectiva de género?
–Hay factores que deben ser respetados, depende del colegio. Pero la educación tiene que ir también con la familia. A veces queremos que la escuela eduque a nuestros hijos cuando el primer núcleo de educación es la familia.
–¿Por qué se sigue pensando que la violencia de género es un problema de la intimidad familiar o de las feministas en particular?
–Porque no hay conocimiento social. Decir que es un problema de la intimidad y de las feministas es dar una solución sencilla a un problema complejo. Es una explicación basada en el prejuicio. Una sociedad que tiene violencia de género es una sociedad violenta, no democrática y enferma. Es más sencillo pensar que es un problema de una persona o de cuatro feministas, utilizando el término de forma peyorativa, cuando el feminismo lo que busca a mi entender es la igualdad. No verlo así es ponerse un velo delante de los ojos, cuando le puede pasar a cualquiera.
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