El Cairo

La ONU pide permiso a Gadafi para abrir un corredor humanitario

Libia rechaza un alto el fuego para que entre la ayuda en Misrata

onu
onularazon

La batalla por Misrata sigue adelante un día más cuando ya es evidente que ésta será decisiva en la guerra de Libia y está llevando a la comunidad internacional a plantear opciones que hasta ahora no estaban sobre la mesa para ayudar a la población civil de la tercera ciudad del país, que lleva casi dos meses asediada y bloqueada por las tropas de Muamar Gadafi.
 
La OTAN ha reconocido que éstas están empleando a los civiles como escudos humanos para evitar ser golpeadas por los bombardeos selectivos de la Alianza, cuya misión es precisamente la de salvaguardar a los ciudadanos libios. Los de Misrata se preguntan: «¿Dónde está la comunidad internacional y por qué no está haciendo nada para darnos la protección que prometió?», explica la investigadora de la ONG Amnistía Internacional (AI), Donatella Rovera, en su blog. A medida que la violencia se recrudece en la ciudad, «los habitantes están asustados y ya no les queda ningún lugar seguro donde refugiarse», escribe. Los suministros de todo tipo y los bienes básicos escasean.

La ONU ha pedido permiso al Gobierno de Gadafi para abrir un corredor humanitario en el oeste de Libia, bajo el control del régimen, y ayer el Programa Mundial de Alimentos consiguió finalmente introducir comida en el país desde la frontera con Túnez que servirá para alimentar a 50.000 personas durante 30 días. Su destino es la capital y otras ciudades occidentales como Zintan, Nalut y Zawiya, aunque no queda claro cómo podrá acceder a Misrata.

Por ello, la UE está preparando una misión humanitaria para prestar asistencia a esta localidad, lo cual conllevaría la presencia de «cascos azules» sobre el terreno, siempre y cuando la ONU lo autorice. Esta posibilidad fue criticada por el viceministro de Asuntos Exteriores de Gadafi, Khaled Kayim, que dijo ayer en Trípoli que una misión de ese tipo sería vista como una invasión militar. Éste negó que las tropas gubernamentales estén bombardeando Misrata, rechazando la posibilidad de un alto el fuego para permitir la entrega de ayuda humanitaria a los 300.000 habitantes atrapados allí.

Asimismo, Kayim acusó a la OTAN de bombardear sus redes de comunicaciones para ayudar el avance de los rebeldes. El mismo día que Reino Unido anunciara que enviará una misión militar «sólo» para asesorar al Gobierno rebelde con sede en la ciudad de Bengasi, que ya estaría recibiendo material «no letal» de este país.