Barcelona

Arrolladas por un autocar ante la Sagrada Familia

Madre, hija y nieta se disponían a visitar la basílica

La Razón
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BARCELONA- Dos mujeres y una niña resultaron ayer heridas de gravedad al ser arrolladas por un autocar al que, al parecer, se le soltaron los frenos cuando estaba parado ante la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona.
El accidente tuvo lugar en la confluencia entre las calles Marina y Mallorca a las 16.41 horas, cuando un autocar particular que estaba estacionado en una calle con ligera pendiente se fue marcha atrás y recorrió entre 20 y 25 metros. El vehículo, que en ese momento no llevaba pasajeros, invadió la acera y atropelló a dos mujeres de 54 y 28 años y una niña de 10, que se encontraban cerca de un paso de peatones.
Visita trágica
Finalmente, el vehículo quedó parado al colisionar contra un semáforo y un anuncio publicitario de una parada de la red de autobuses urbanos de Barcelona. Las víctimas del accidente son madre, hija y nieta, que se disponían a visitar el templo cuando fueron atropelladas. Sufrieron heridas de carácter grave y fueron trasladadas de urgencia a centros hospitalarios, según informó el Sistema de Emergencias Médicas (SEM).
La mujer de 54 años fue llevada en ambulancia al Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, mientras que las otras dos heridas ingresaron en el Hospital de Sant Pau. Según fuentes de este centro hospitalario, las dos heridas presentan diversas contusiones y politraumatismos y permanecen todavía en observación a la espera de que se haga una evaluación de su estado.
La Guardia Urbana de Barcelona y los Mossos d'Esquadra han asumido la investigación del siniestro mediante la que tratarán de esclarecer si los frenos del autocar se soltaron debido a algún fallo mecánico del vehículo o por un error humano.
Al parecer, el vehículo estaba correctamente estacionado en una área reservada para que los autobuses de turistas que acuden a visitar la Sagrada Familia puedan apear a los pasajeros con seguridad. Según testigos presenciales, al percatarse de que el autocar se precipitaba por la ligera pendiente de la calle Marina, su conductor empezó a correr mientras gritaba a los transeúntes que se apartaran.
Tras el accidente, la empresa del autocar, Ripollet Bus, explicó que el vehículo llevaba apenas tres meses en funcionamiento y tenía todos los permisos en regla.


La lucha de los vecinos
Hace sólo tres meses los vecinos de la Sagrada Familia se manifestaron contra los autocares turísticos que invaden el barrio y el peligro que suponen. Tras el atropello de ayer, el responsable de Urbanismo y Movilidad de la asociación, Joan Balañach, reprochó al Ayuntamiento que no actúe sobre el tráfico de autocares.