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«Wiki luxe» por María José Navarro

Los informes filtrados no dicen nada sobre las mellizas de Bush
Los informes filtrados no dicen nada sobre las mellizas de Bushlarazon

A mí, estas cosas que están filtrando los de Wikilealks me entretienen una barbaridad. Digo que me entretienen por no decir que me molan, que me resultan muy simpáticas y que ya iba siendo hora de encontrarse con algo secreto tan divertido. Yo pensaba que los informes anónimos y los documentos oficiales aportados iban a ser complicadísimos de entender, llenos de números, códigos y ecuaciones enrevesadas, fórmulas matemáticas, física nuclear y logaritmos neperianos, pero resulta que, asomados a su contenido, lo que vemos es como una edición tocha del cuore. Que las embajadas de EE UU y el Departamento de Estado Norteamericano se hayan dedicado a despellejar a los líderes políticos mundiales como si se tratara del «Sálvame de Luxe» me acerca mucho más a la diplomacia y creo que de golpe he simpatizado un poco con Bush. Nada dicen los informes sobre las mellizas del ex presidente, que parece que le tiraban a los aviones que era una maravilla, pero ya se sabe que los padres quieren lo mejor para sus hijos, y eso no incluye salir en los papeles.

A tenor de lo que revelan los documentos, George W. Bush se lo debía pasar pipa, que es lo que le sucedería a servidora si le llegaran con los chismes de gente tan sumamente rica en anecdotario como Silvio Berlusconi. Tampoco había que ser, la verdad, un espía de primera para intuir que a tito Silvio se le va la mano con la farra y que el bullarengue le estimula más de la cuenta, pero verlo por escrito y con sello Top Secret es magnífico. Qué decir, también, de los añadidos sobre las operaciones estéticas de Gadaffi, las dudas sobre la salud mental de la viuda argentina, la relación entre los Batman y Robin rusos, Medvedev y el machista Putin. Qué maravilla de poderosos.

Echo de menos, sin embargo, algo de chispa en la Embajada estadounidense en París: yo esperaba datos sobre las alzas de Sarkozy, sinceramente. Quizá se trate sólo de la escrupulosa ética del que ha filtrado los datos, porque crea que esas cosas no interesan o sobrepasan los límites admisibles para que la revelación quede seria. Ni mucho menos. La morralla gusta, y a mí, particularmente, lo que más me gusta es el fango, así que espero como agua de mayo el resto de publicaciones, a ver si hay suerte y sale mi bajito imperial con pelos y señales y subido a sus tacones. Gracias a Wikileaks por este ratito tan bueno que estamos echando, y gracias a la diplomacia y a su espíritu portero.