Castilla y León

Pago de Carraovejas tendrá un punto limpio para los residuos de la bodega

Hablar de Pago de Carraovejas es hablar de la familia Ruiz. De su fervor por el terruño y la naturaleza. Del cariño con el que José María y su hijo Pedro cuidan y miman sus viñedos.

María y Pedro Ruiz. Padre e hijo. Presidente y director general de Pago de Carraovejas
María y Pedro Ruiz. Padre e hijo. Presidente y director general de Pago de Carraovejaslarazon

Peñafiel (Valladolid)- Ubicada en Peñafiel, en pleno corazón de la Ribera del Duero, la bodega se sitúa en un lugar privilegiado por el microclima del que disfruta, con abundante sol, y protegida de los perversos vientos del norte y de las heledas. Algo que favorece a la buena sanidad de la uva propiciando una materia prima de gran calidad. El resto, esos magníficos crianzas, reservas y grandes reservas que elaboran cada año es cosa de ellos. De su habilidad. De su pasión. De su respeto por lo tradicional. Desde que se recoge y se selecciona la fruta hasta que el cliente degusta el vino en la copa. De su apuesta diaria por la investigación, el desarrollo y la innovación.

Y también, por qué no decirlo, de su compromiso con el desarrollo económico y social del entorno, así como por el medio ambiente. «Tenemos la responsabilidad de devolver a la naturaleza lo que ella nos da», señala a este periódico Pedro Ruiz, director general de la bodega. Pago de Carraovejas cuenta ya con el certificado de calidad y gestión de residuos. Trabajan con una caldera de biomasa y el próximo año tendrán otra más que sustituirá a una de gasoil.
También reciclan todos los deshechos de la bodega, ya sean plásticos, vidrio o cartón. Además, justo enfrente, tienen previsto construir un Punto Limpio para la recogida de todos estos residuos, que estará operativo el próximo año. Y trabajan para obtener la certificación en la ISO 14001 y en la elaboración de un código de buenas prácticas medioambientales con proveedores.

Mejor crianza de 2009
El resultado de este esfuerzo, es el reconocimiento, uno más, que acaban de recibir. El tinto Crianza de 2009 acaba de obtener el premio de la Guía de Vinos Gourmets, que recogerán el próximo mes de marzo en Madrid, con los votos de consumidores y lectores de esta prestigiosa revista. Un premio que se suma al logrado el año pasado también con un Crianza pero de 2008, que otorgaba la prensa especializada. Y acaban de finalizar como quien dice la vendimia. Una campaña tranquila y larga, asegura Ruiz. Con una excelente calidad y sanidad de la uva recogida, que augura unos caldos excelentes. Carraovejas sacará al mercado 800.000 botellas.
Nueve de cada diez se venderán en España y, el resto, muy repartido por el mundo. Pedro Ruiz asegura que ha aumentado la demanda de sus vinos en el extranjero, sin que hayan salido a vender, pero reconoce que no pueden atender las peticiones.. Están inmersos en obras de mejora de la bodega desde hace ocho años. Han renovado ya las oficinas y en breve les entregan el nuevo botellero de crianza, la zona de lavado de barricas, el párking subterráneo, el almacén para material, vestuarios nuevos, un comedor y una cocina. La nave para la crianza de los vinos completará, en año y medio, la remodelación de la bodega.

 

A la captura del vino perfecto
Fueron pioneros en la Ribera de Duero en el uso del roble francés en las barricas para la crianza. Y los primeros en instalar riego por goteo en toda la finca, para ahorrar agua y dar a cada cepa lo que necesita y en eliminar los estuches de madera por los de cartón. «La innovación nos mantiene vivos», afirma Pedro Ruiz, empeñado en conocer y saber más para lograr la excelencia. Controlan el suelo para saber el estado óptimo de maduración de cada viñedo. Viticultura de precisión. Tienen también levadura propia, necesaria para dar mayor personalidad a los vinos de Carraovejas. Igualmente, trabajan en un proyecto para controlar las bacterias y dar a sus vinos su sedosidad característica. Y cuentan con un clon del racimo perfecto de Pago de Carraoveja