Bobby Brown su peor pesadilla

«Whitney, te quiero». Estas tres palabras fueron las que pronunció el ex marido de la cantante, Bobby Brown, al enterarse de la muerte de Houston. Se encontraba en mitad de un concierto en Mississippi cuando recibió la noticia y pronto las lágrimas llenaron sus ojos y le impidieron continuar con la actuación. Él fue su peor guardaespaldas tras contraer matrimonio en 1992: a partir de ese momento comenzaron los problemas de la artista con las drogas y su caída en picado. Tras una breve luna de miel, la mala relación entre la cantante y Brown se convirtió en la comidilla de las revistas del corazón y sus peleas derivaron en una guerra pública que trataron de minimizar, sin resultados, por el bien de su hija en común, Bobby Kristina.

Medicamentos y desorden
En 2007 firmaron el divorcio y de aquella turbulenta etapa Whitney arrastró sus peligrosas adicciones, que le hicieron tocar fondo. La revista «The National Enquirer» publicó hace unos años unas imágenes que dieron la vuelta al mundo en las que aparecían diversas estancias de la casa de la cantante en la que el orden brillaba por su ausencia, y en las que la comida se mezclaba con medicamentos y otras sustancias.

A pesar de intentar remontar en numerosas ocasiones e ingresar en centros de rehabilitación, no consiguió levantar cabeza ni los aplausos que en la década de los noventa llenaban los auditorios. Ese peligroso ritmo de vida repercutió en sus ingresos y, a pesar de que en 2001 firmó un suculento contrato musical con la discográfica Arista/BMG, que renovó más tarde por 100 millones de dólares para grabar seis nuevos discos, en los últimos meses vivió gracias a la ayuda de sus representantes y algunos adelantos de su casa discográfica. Incluso, tuvo que pedir préstamos a viejos amigos.

La fortuna que amasó en sus años de gloria desapareció rápidamente por su mala gestión e inversiones desafortunadas. «Whitney ya no tiene dinero. Pesos pesados de la industria musical la están ayudando. Podría estar viviendo en la calle si no fuera por la gente que le está echando una mano», aseguró una persona cercana a la cantante días antes de su muerte. «Debería tener el mismo dinero que han conseguido otras cantantes como Mariah Carey, pero sus adicciones la llevaron a tener una vida completamente desordenada, sin administración y sin pensar en el futuro», agregó una persona allegada a ella . A todo lo anterior se sumó la batalla judicial que inició contra su madrastra a causa de una casa que tenía su padre antes de morir, en 2003, y en la que la artista había invertido gran parte de su fortuna.

«Sparkle», su obra póstuma
Su último trabajo discográfico, «I look to you», que salió al mercado en 2009, no logró las ventas esperadas, pero Whitney Houston siguió en su empeño de volver a la primera fila y aceptó rodar junto a Jordin Sparks (en la imagen) el «remake» «Sparkle», dirigido por Salim Akil, con el que regresaría a la gran pantalla después de 15 años. La cinta, que se estrenará en agosto, será su obra póstuma.