Aborto

OPINIÓN: Espíritu y salud

La Razón
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Los médicos del cuerpo y del espí­ritu, al despedirse de un enfermo, suelen decir: «Tenga ánimo»; «no tema»; «todo se arreglará»; «manténgase tranquilo, optimista, confíe». Hoy se sabe que la influencia de un estado de desánimo, de tristeza, de temor excesivo... influye y puede retrasar la recuperación de la salud. Más aún: puede paralizar las fuerzas necesarias para combatir el mal.Los entendidos dicen que «un antídoto contra el temor es la fe y la esperanza». Que aliarnos con Dios y la trascendencia es deponer el temor. Como dice la Escritura (Prov. 17, 22): «El ánimo gozoso hace florida la vida». El doctor Corbet afirma que: «Si los medica­mentos son importantes para curar a un enfer­mo también lo es la fe». El catedrático de Psiquiatría López Ibor escribió: «tantas más neurosis existen cuanto más empobrecido espiri­tualmente se halla».El filósofo y catedrático García Morente afirmaba: «Cuando la fe religiosa abandona un alma, deja en el fondo de ella –por así decirlo– un vacío que con nada se llena. El alma sin fe, sin esperanza... pier­de su unidad; no sabe qué hacer, qué querer, qué desear. Quien ha abandonado a Dios tiene resolu­ciones privadas contradictorias, disidentes, caprichosas, sin fundamento.»