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Tony Moog: «Hay muchos enganchados al grito»

Profesión: humorista. Nació: en 1971, en Barcelona.Por qué está aquí: acaba de estrenar en el Teatro Maravillas (Madrid) su monólogo «Facemoog».

Tony Moog: «Hay muchos enganchados al grito»
Tony Moog: «Hay muchos enganchados al grito»larazon

–«Facemoog». ¿Por qué no podemos vivir sin las redes sociales?
–Ante las dificultades para tener amigos reales, elegimos los virtuales.

–Algunos ligan, además.
–Sí, puedes encontrar pareja o puedes perderla si te pilla viendo fotos de otras, por ejemplo.

–Yo puedo vivir sin las redes sociales. ¿Soy un dinosaurio?
–No. Yo también puedo y no lo soy.

–Parodia en su «show» la adicción a Facebook y otras redes. ¿No podemos vivir sin adicciones?
–Podemos, pero sería muy aburrido. Todos somos adictos a algo.

–Hábleme de sus adicciones...
–El Red Bull y la PlayStation.

–De pequeño, leo, quería ser Martes y Trece. ¿Por superstición?
–No, por adoración. Yo adoraba y sigo adorando a Martes y Trece.

–¿Quería ser los dos a la vez o...?
–Hombre, ya puestos, hay que ser los dos para estar completo. Yo soy capaz de ser varios: lo soy en el escenario.

–Era el payaso de la clase. ¿Ahora le gustaría ser bufón?
–No, porque hoy en día debe de ser un trabajo muy difícil hacer reír a los reyes...Prefiero quedarme en payaso.

–Se queja de que no haya escuelas de humoristas. ¿Por qué no funda una?
–Para enseñar, primero hay que aprender. Yo estoy aprendiendo. Quizá cuando sea mayor.

–¿Y le parece que debería estar subvencionada?
–Claro. Debería haber una asignatura de humor en los colegios. No sabemos reírnos de nosotros mismos y de lo que consideramos tabú.

–Seguro que a usted no le gusta reírse de algo...
–De las enfermedades de los demás, de la violencia de género y de los abusos a los niños.

–Volviendo al principio, ¿cree que la crisis ha potenciado alguna adicción?
–Sí. Ha crecido la adicción a las manifestaciones, a la violencia y al grito. Hay muchos enganchados al grito. Y eso es malo.

–¿La única forma de vencer la adicción es caer en ella?
–Sí, ya lo decía Oscar Wilde.

–Ya, pero mientras no lo diga Angela Merkel...