Valencia
«El Bikram me aporta calma y concentración en los rodajes»
El primer escenario que pisó fue Valencia, su ciudad natal. Desde ahí dio el salto al de los teatros, los platós de televisión y a los de la gran pantalla. En marzo comenzará a grabar «Estamos ocupados», producción de Televisión Española. Y para lidiar con el trabajo, esta risueña pelirroja «le da al Bikram».
-¿Cómo se inició en esta disciplina?
-Practicaba yoga desde hacía siete años y una amiga que habló de esta nueva modalidad. Al principio me mostré reacia por el tema del calor, pero una vez lo probé, me enganchó. Es adictivo. Y así llevo cuatro años yendo al Bikram College de Madrid.
-¿Cómo fue su primera toma de contacto?
-¡Uf! El calor al principio es pesado, pero también te enseña a desarrollar otro tipo de cualidades, como la paciencia. «Estoy a 40 grados y hay que aguantar». Es un valor añadido al esfuerzo. Además, a 40 grados también calientas los músculos y resultan más fácil ciertas posturas que en frío. Y, bueno, ya es una apreciación personal, pero cuanto más calor, se necesita más oxígeno y las células también se benefician.
-¿Cuántos días a la semana lo practica?
-Cuando no tenía niños iba cuatro días a la semana. Ahora con peques es más difícil compaginar los horarios, pero procuro ir al menos dos días semanales.
-El Bikram yoga ayuda a deshacerse del estrés y la tensión, enemigos habituales de ustedes, los actores. ¿Los mantiene a raya?
-Así es. La conciencia corporal es imprescindible para los actores, porque el cuerpo es nuestro instrumento de trabajo. El Bikram me aporta la calma y la concentración necesarias. Con el caos de los rodajes, la verdad es que lo he notado mucho.
-¿Cuál es la sensación tras una clase tan «caliente»?
-Sales muy relajado. Es mucho esfuerzo el que realizas en realidad, pero es una inversión que luego se transforma en relax. Sales sin ganas de pelearte con nadie.
-¿Qué mejoras físicas siente desde entonces?
-He comprobado que la práctica regular supone un cambio total. Sobre todo en la columna, que solemos tenerla machacada. He aprendido a estirarla y a hacer que «respiren» las vértebras. Y cuando dejo de practicarlo una temporada se nota muchísimo, especialmente en el equilibrio, me cuesta más mantenerlo. Y sin embargo, cuando vuelvo al Bikram lo recupero.
-¿Cree que es «para todos los públicos»?
-Por supuesto. Es una disciplina necesaria. De hecho, la daría en los colegios. El problema es que a veces hay gente que quiere hacer posturas como las que aparecen en las fotos o en los libros y no están preparadas. Pero en general, si estás sano puedes practicarla. Es más, hasta mi hija pequeña cuando me ve me imita.
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