Los Ángeles
«Cómo voy a engordar si tengo tres hijos pequeños»
La maniquí habla con LA RAZÓN sobre su nueva vida
D efinida como la mujer del ADN perfecto, Heidi Klum, el sueño de todos los hombres, está conquistando Estados Unidos desde la pequeña pantalla con el programa «Project Runway». Quizá dándole una soberbia bofetada a su ex representante, John Casablanca, quien dijo de ella que era «una salchicha alemana sin talento», a sus cuarenta años, Klum se revela como una mujer inteligente, bella y sexy. Madre de cuatro hijos, enamorada de su marido, el cantante Seal, y convertida en una experta mujer de negocios, a esta alemana le sobra talento para convertir en oro todo lo que toca. Gracias al «show» que presenta y produce, esta modelo se ha convertido en una gran celebridad a este lado del charco y su caracterísitico «auf Wiedersehen» empieza a convertirse en la palabra favorita de los americanos para decir adiós.
–Después de triunfar en las pasarelas, ahora lo hace en la televisión . ¿Contena con el cambio?
–Soy una mujer a la que le gusta hacer realidad sus sueños y éste era uno, así que puedo afirmar que sí. En seguida me pongo manos a la obra cuando quiero algo, me gusta soñar pero también quiero que las cosas ocurran y me e involucro en todo lo que hago. A veces es difícil mantener este ritmo, vivo entre EE UU y Alemania, pero me fascina viajar.
–Tiene cuatro hijos y no para de trabajar. ¿Cuál es su secreto ?
–Deseaba formar una una gran familia con Seal, ser madre de niños es un reto enorme. Yo no quería volver a trabajar después de dar a luz, hubiera preferido quedarme en casa, pero el tiempo vuela y cuando tuve a Jomah enseguida tuve que retomar mi actividad, mi madre me ayuda mucho y tengo un marido maravilloso que también me echa una mano.
–Se le iluminan los ojos al hablar de su familia...
–Estoy muy orgullosa de ellos, siempre he querido ser madre y formar una familia con un hombre tan estupendo como mi marido. Seal es un caballero, educado, atento, cariñoso.
–¿Lo suyo fue amor a primera vista?
–Sí, la química estuvo ahí desde el primer momento. Cuando me pidió matrimonio me llevó en helicóptero hasta un iglú que él mismo hizo construir y allí se declaró, fue algo muy, muy romántico.
–¿Y cómo consigue mantener una figura tan envidiable siendo madre de cuatro hijos?
–Sigo una dieta saludable y la clave es no engordar demasiado durante el embarazo. Me mantengo bien, hago ejercicio, pilates y aerobic, y estoy persiguiendo a tres niños pequeños todo el día, así es imposible coger peso...
–Rebosa una gran canfianza en sí misma, ¿es más fácil sentirse así siendo una mujer tan atractiva?
–La gente piensa que las modelos viven cómodas dentro de su propia piel, pero tenemos tantos complejos como cualquiera. Yo me he sentido intimidada al entrar en una habitación y saber que todo el mundo me mira. En ese momento me siento poco atractiva y mis inseguridades se multiplican.
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