Evasivas becadas

Ya nos sorprendió que Andalucía pudiera destinar 1.800 euros a las «represaliadas» por el franquismo mientras no llegan las ayudas para quienes viven hoy otro tipo de dificultades, incluida la exclusión, como una discapacidad o condiciones ímprobas de necesidad. También se han aprobado 6.000 euros para cada chaval andaluz que, tras cumplir unos requisitos, retome sus clases tras la enseñanza obligatoria. Una medida desesperada contra el abandono escolar que desdeña que la permanencia en el sistema educativo no se compra con dinero. ¿Cuántos de esos más de 3.600 alumnos becados acudirán diariamente a clase? Está bien que la ayuda se suspenda mientras no aprueben las materias, pero ¿cuántas becas acabarán en nada? Quizá sólo sirva para aumentar el número de matriculados y parezca así que hay más estudiantes de los que se están formando realmente. Tampoco es la solución responsabilizar a los profesores de las malas notas o incitarles a que bajen el listón de exigencia y calidad de enseñanza para que los desmotivados alumnos sigan yendo a clase. Ya que la cultura del esfuerzo se está sustituyendo por «todo puede comprarse con dinero», quiero agradecer el trabajo de quienes luchan por los valores, como los promotores de los congresos «Lo que de verdad importa» que tras recorrer varias ciudades españolas, llenarán de jóvenes el Palacio de Congresos de Madrid el día 26. ¿Su compromiso? Suplir carencias educativas.